Todo un clásico en estas fechas: religión y calendario

“El calendario está “religiorizado”, quien lo “desreligiorizará”, el “desreligiorizador”…”

Nos llega una semana de vacaciones. Desde hace al menos un mes, por pasillos, salas de profesorado, esquinas de las calles donde este curso se echa un pitillo y en cualquier lugar donde se habla de la vida del centro, se vienen oyendo quejas de lo cansado y largo que se está haciendo el trimestre. No es de extrañar, teniendo en cuenta que este segundo periodo del curso ha tenido (en CyL) 62 días lectivos y el tercero sólo tendrá 45.

Todo el mundo sabe a qué se debe este despropósito: nos regimos por un calendario religioso-católico. Éste, no sólo hace que el número de periodos lectivos estén desproporcionados, sino que los cambia cada año por algún procedimiento lunar-religioso que no se acaba de entender muy bien, pero que trata de que nos divirtamos sólo hasta 40 días antes de darnos esta semanita de descanso.

No importa que, según avanza el trimestre, la convivencia pueda deteriorarse, se relaje en exceso el trabajo durante, al menos, quince días por el adelanto de evaluaciones buscando más lógica. No importa que el alumno o alumna no vea el fin de sus días de clase y sólo piense en acabar, ni que luego, en el tercer trimestre, cuando quieras llegar a “centrarte” sea “hora de irte”. Se reclama, muchas veces esfuerzo, eficacia, aprovechamiento del tiempo, pero se deja el calendario escolar al arbitrio de una creencia religiosa que ayuda a crear estas consecuencias. No resulta coherente, ni aun siendo ésta muy mayoritaria por afiliación (forzosa en muchos casos).

El mundo educativo en España todavía está atravesado de enormes losas religiosas del tiempo en que el jefe del estado iba bajo palio. No olvidemos, por ejemplo, la “cruzada” (“anticruzada” más bien) que están librando los padres y las madres de un centro de Valladolid para conseguir que se caigan los crucifijos de las paredes de las aulas públicas y, por tanto, supuestamente respetuosas con todas las personas que están en ellas.

No es esta una cuestión sin importancia, ni sólo “de maestros”. Es una cuestión social, uno de esos asuntos religioso-sociales que nos parecen naturales por haberlos vivido toda la vida. Para empezar hay muchas personas que, sin trabajar en la enseñanza, ajustan sus vacaciones al cambiante calendario escolar. Pero la cuestión va más allá. Existe todo un mundo económico montado a partir de la semana santa y, en CyL, de gran importancia. hay empresas hoteleras, de restauración, de viajes, etc (en general, un mercado relacionado con la promoción turística-religiosa) que se enfadan cuando, estos días de vacaciones, se ajustan a la semana siguiente del puente, ¿qué ocurriría si se cambiaran a unas fechas que dividiera el tiempo en dos trimestre iguales?.

Si lo cogemos de ejemplo sacaríamos algunas lecciones interesantes. Por ejemplo que, por muchos cambios que se quieran hacer desde la administración, hay poderes instalados que resultan bastante inamovibles. La institución católica en España es uno de ellos. Tratemos de analizar, qué se ha hecho para paliar este despropósito, universalmente admitido, de las vacaciones-religiosas. Llegaremos a la conclusiòn de que han sido dos cosas. La primera dar los cinco días lectivos una semana antes o después, según el año. La segunda otorgar dos días no lectivos en carnaval (igualmente movible), alargando hacia atrás septiembre. Esto va ayudando a que el primer trimestre se esté convirtiendo en el más largo (69 días lectivos en CyL) y que se vayan mermando las posibilidades de preparación del curso escolar. Hasta ahí pueden llegar las consecuencias de seguir un calendario religioso-católico. Hasta ahí se cambia, mientras se conserva lo fundamental y se añoran las semanas de vacaciones que cortan los trimestres, existentes en otros países como Francia. ¿Es sólo una cuestión de creencia religiosa (respetable obviamente) o de emporio económico y poder social instalado en España? ¿Somos ya,realmente, un país laico o aconfesional?

Descansad, con o sin procesiones, nos leemos a la vuelta.


A propósito de… (Breve quincenal)
Concejo Educativo de CyL


+ breves quincenales