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Participación social: entre la virtualidad y la realidad – José Emiliano Ibáñez

Reflexiones antes y después del inicio del 15M, por José Emiliano Ibáñez

Se recoge aquí la versión escrita de la charla de que tuvo lugar en el Encuentro de Febrero de 2011, con las notas añadidas tras la eclosión del Movimiento 15M: ¿Cómo es posible tan escasa reacción social y participación crítica? ¿Cómo avanzar en una participación transformadora?


Previos

Una imprescindible aclaración

Aunque la charla tuvo lugar en febrero de 2011, la versión escrita que aquí se presenta se termina a primeros de septiembre del mismo año, meses más tarde; entre un momento y otro, nos sorprendió aquí, en España, el Movimiento 15M (Nota 1), el cual, independientemente de que a largo plazo tenga una mayor o menor trascendencia (cosa que ahora no podemos saber), no cabe duda de que, además de resultar una inesperada y refrescante sorpresa, nos resitúa respecto a la visibilidad del conflicto y a la potencialidad de la participación crítica. ¿Debía recogerse ahora sin más lo que se dijo en febrero si entonces una de las preguntas clave a responder era “cómo es posible que no haya una revuelta general con la que está cayendo”?. O, por el contrario, ¿debía reelaborarse de nuevo teniendo en cuenta el 15M, pero perdiendo entonces el punto de vista que nos permitía situarnos en aquella situación de “normalidad”? Finalmente he optado por dar forma, por un lado, a las ideas que en febrero expuse y, por otro, añadir los comentarios que, después del 15M, parecen necesarios, añadidos estos como notas con fondo amarillo.

Y tres precisiones, antes de empezar

  1. No hablo como estudioso exterior del tema, sino como activista reflexivo: entiéndanse desde ahí tanto los pesares como las incertidumbres, las búsquedas y las convicciones que aquí se exponen.
  2. Hablo desde la perplejidad: ¿cómo es posible, por ejemplo, que quienes han provocado la crisis actual -tiburones financieros y otras fieras cercanas- sean quienes siguen obteniendo beneficios y, además, quienes dictan a los demás lo que hay que hacer?; ¿cómo es posible decir algo directo y entendible por la sociedad despolitizada y por el alumnado adolescente si Ben Alí y Mubarak, dictadores echados del poder por las revoluciones árabes de Túnez y Egipto, eran herederos de los anticolonialistas y sus partidos pertenecían a la Internacional Socialista?; ¿cómo es posible que todo el mundo haya visto que el “emperador iba desnudo”, que el emperador sepa que lo hemos visto y que nos pida, y aceptemos, seguir pagando su traje?
  3. Hablo teniendo en mente un tipo de participación social: la crítica, la transformadora. Por ello, la falta de participación no es claramente separable para mí de la falta de reacción y protesta social.

¿Cómo es posible tan escasa reacción social y participación crítica?

POST15M > Sorpresa ilusionante
Nadie lo esperaba. Habíamos visto las revueltas en los países árabes y algunas acciones más cercanas, pero nadie, ni los propios convocantes, esperaban que aconteciera masivamente y con tanta frescura indignada lo que sucedió. Aunque solo fuera por la satisfacción de ver en los últimos días de campaña electoral cómo se prestaba más atención a esta protesta que a los cansinos mensajes de los políticos habituales ya hubiera merecido la pena, pero acabó siendo bastante más.

La primera pregunta a responder es por qué hay tan poca reacción social, tan poca participación en acciones transformadoras incluso en la situación actual de dura crisis económica y cuando se ha desvelado de forma palmaria y en toda su crudeza la responsabilidad del capitalismo en general y de sus dirigentes-beneficiarios en particular. Tenemos cierta libertad para la expresión y para la protesta, existen incluso algunos cauces institucionales para la participación… y habitualmente no sucede casi nada. Es verdad que hay claros mecanismos de poder y de represión, pero da la sensación de que la mayoría de la sociedad ha sido desactivada ya en un nivel previo: el emocional, el mental.

Es verdad que la perseverancia de lo rutinario (el ladrillo cotidiano de Cortázar (Nota 2)) se alza contundente frente a la fragilidad de lo creativo. Es verdad que la entropía o la tendencia a la homogeneidad son amenazas para todo aquello que nace distinto pero necesita re-crearse constantemente para no convertirse en otro ladrillo más. Es verdad que la simple dinámica de sobrevivir y cuidar a los seres cercanos ya lleva su tiempo, sobre todo para quienes más razones tendrían para revolverse. Es verdad que reunirse, organizarse, participar, tiene más momentos de esfuerzo mantenido que de chispazo ilusionante. Pero, más allá de todo ello, hay explicaciones sociales y políticas: es posible encontrar los mecanismos a través de los cuales, en este momento histórico, esta misma sociedad que se presenta como democrática dificulta o cortocircuita los mecanismos de participación real y oculta sus mecanismos de dominación.

Capitalismo con intervención pública: pero manda el mercado

POST15M > Manda el mercado
Un lema que es toda un síntesis sobre la contradicción democracia formal/poderes económicos: “¿Por qué manda el mercado, si yo no lo he votado?”. Y otro: “Tú votas cada cuatro años, la bolsa vota todos los días”. Hasta las reformas constitucionales llegan dictadas por el mercado ¿pero no era el pueblo el soberano? ¿por qué no se acaba con los mecanismos especuladores?

No vivimos en un sistema económico capitalista puro, se trata de un capitalismo con intervención de los poderes públicos, pero tres o cuatro décadas de política y globalización neoliberales han dejado casi inermes a los poderes públicos (en su mayoría, encantados con su propia rendición), cuyo poder ya de por sí era menor del que la teoría política oficial proclamaba. Se fue permitiendo o incluso estimulando no solo que el poder económico acumulase cada vez más ganancias, sino también que extendiese su influencia a todos los espacios y a todos los aspectos, operando según sus propias reglas y su propio beneficio: cuando algo se tuerce, cuando la burbuja explota, resulta que los más poderosos lo son tanto que “no se les puede dejar caer, porque caemos todos”, y hay que ayudarlos solidariamente (¡!) con el esfuerzo de todos; callan un momento, olvidan el liberalismo económico, y una vez que se ven salvados nos dictan las normas para salir de la crisis. No se percibe mayor diferencia si el gobierno es de un partido u otro en las grandes decisiones económicas. Entonces, participación ¿dónde? ¿cómo?… Quien toma las decisiones, ¿está pidiendo opinión?. Resulta que en lo económico solo se puede hacer lo que hay que hacer y lo que hay que hacer está ya decidido, ni siquiera quien gobierna, nos dice, tiene margen. Entonces ¿para qué se elige a unos o a otros? (Nota 3) ¿se puede participar en algún sitio para evitar el paro?

El sistema económico se presenta como el único posible, e incluso el “natural”…; nos quieren hacer ver el “participar” como hacerse parte de él (ser parte del engranaje) y obtener la mayor parte posible de beneficios; no admiten que participar es también poder cuestionar los fines y los medios.

El orden social: entre la fragmentación social y la esperanza de ascenso individual.

Dice Joan Subirats que en la actualidad nos encontramos con situaciones

”caracterizadas por la heterogeneidad, la fragmentación, y con complejidades sólo explicables desde un proceso de individualización vertiginoso. La desigualdad sigue existiendo, pero sus descriptores se han modificado sustancialmente. No hay un eje predominante, sino multiplicidad de ejes de desigualdad y de vulnerabilidad (…) . Frente a la anterior estructura social de grandes agregados y de importantes continuidades, tenemos hoy un mosaico cada vez más fragmentado de situaciones de pobreza, de riqueza, de fracaso y de éxito”
Joan Subirats, en “Democracia, Participación y Transformación Social”, Polis
http://www.revistapolis.cl/polis%20final/12/doc/subi.doc Polis: revista académica de la Universidad Bolivariana Polis: revista académica de la Universidad Bolivariana, Nº. 12, 2005.

POST15M > Confluencia de motivos y no contra un partido concreto… En el 15M se da una confluencia de malestares: el desempleo, la precariedad, la corrupción, el hartazgo de la casta política, la indignación por el sometimiento de la política a los dictados económicos…. que se focaliza en “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, lo cual, aunque simplifica la cuestión, constituye una diana común muy ajustada a la situación. Sin que se comparta exactamente el mismo análisis o perspectiva ideológica, sí que hay una sensación de compartir una mismo pinchazo en la conciencia colectiva. Y un gran valor es que el movimiento no se dirige contra un partido político concreto, ni siquiera contra una sola medida política, sino que cuestiona cómo se lleva a cabo toda la política convencional, al ver que, una vez quitada la bandera de cada partido, muchas orientaciones son idénticas entre los mayoritarios. El no ir contra uno solo en concreto le da mayor transversalidad y evita el sectarismo.

Es evidente que esta fragmentación dificulta ver los problemas vividos individual o familiarmente como problemas colectivos, y hace muy poco probable que se identifiquen las posibles causas comunes de problemas aparentemente distintos y, por tanto, que se desarrollen estrategias colectivas por parte de cada grupo y aún más entre distintos grupos (inmigrantes / población autóctona; jóvenes desempleados / mayores desempleados; contratadas a tiempo completo / parcial, temporal / fijo; asalariadas / autoempleadas…) que, con frecuencia, pueden verse más como “l@s otr@s” que como “l@s del mismo lado”.

Por otro lado, si una parte de la población se encuentra con un cierto nivel de consumo y bienestar, otra parte aspira a tenerlos y entiende que el camino para llegar a ello es individual (o, en todo caso, familiar): el sistema social juega con las expectativas y no solo con las realidades; cuando estas no son vistas como satisfactorias, existe la amenaza de quedarse fuera (perdiendo lo que se tiene) y la esperanza de mejorarlas si se actúa conforme a las reglas individualizadoras del propio sistema, no transformándolas colectivamente. Ante los problemas, las salidas que se ofrecen son también individuales (cada cual se las tiene que arreglar) e incluso individualistas y competitivas (contra los demás). No sólo el sistema de producción y de propiedad se basan en lo individual, sino que cultural, educativa y psicológicamente se sanciona la individualización del éxito y el fracaso: antes no estudiabas porque no era para tu grupo social, ahora, porque no vales o no quieres (aunque las estadísticas muestran alta correlación entre nivel de estudios y nivel social del grupo familiar).

POST15M > Medio rural
Una vez que se produce un movimiento de fondo, se remueve incluso lo que no estaba previsto: el Movimiento 15M es un fenómeno fundamentalmente urbano pero, a través de las Marchas Indignadas que confluyen en Madrid, se recoge la problemática rural (alguien de los caminantes expresó que, si bien al principio iban coreando consignas, fueron después escuchando a las personas que viven en los pueblos por donde pasaban y recogiendo sus malestares: toda una lección.

A ello hay que añadir que, frecuentemente, los sectores sociales más perjudicados tienden a ser invisibilizados, culpabilizados de su situación, excluidos de la dinámica social y se encuentran acogotados por sus necesidades de supervivencia (mucho tiempo dedicado al trabajo pagado o al cuidado familiar… o limitados por la misma ausencia de trabajo y los pocos ingresos). Sus posibles estrategias colectivas han de superar, con muchas dificultades, su propia falta de empoderamiento: su falta de influencia y sus escasos recursos sociales (pensemos, por ejemplo, que un simple retraso de vuelos en un aeropuerto, situación visible y que afecta -muy puntual y poco gravemente- a una minoría de población más empoderada, aparecerá como problema público, pero sólo una vez al año, cuando se presenta el estudio correspondiente, se menciona en los informativos el problema de la pobreza oculta en España, encajonado entre la noticia anterior y la siguiente).

El modelo político-ideológico: dominación democrática

“El concepto clave para entender la cuestión ideológica según Gramsci es el de hegemonía, entendida como creación de un nuevo sentido común mediante el cual una clase social ejerce la capacidad de articular a otros grupos sociales con los suyos propios a través de la lucha ideológica. En definitiva, no es otra cosa que la adopción por consenso de los intereses de una clase social que hacen otros grupos o clases sociales.”
Rotger, J. M. (1995): Ideología y educación [Publicado en papel en “Signos. Teoria y práctica de la educación”, nº 15, pp. 4-27. 1995. Gijón.]

POST15M > Indignación inteligente La indignación podría haberse desbordado visceralmente, pero no, el 15M ha permitido canalizarlo con una exhibición a la vez contundente, “simpática” e inteligente del cabreo de fondo.

No es irrelevante en la falta de participación crítica el que el discurso, el metarrelato y la emoción se canalicen desde posiciones conformistas y la rabia y la “protesta” deriven muchas veces hacia posturas populistas y/o excluyentes. La derecha, la burguesía, ha conquistado no solo la realidad y buena parte del discurso público, sino también el imaginario colectivo: lo que se imagina como posible y como deseable, los problemas sobre los que ponemos la atención, las causas, las soluciones. Conquistadas las emociones y las razones, los cuerpos y las acciones suelen ir detrás, muy fielmente.

El sistema político que se presenta como “fin de la historia” y, por tanto, como único modelo posible, es el de la democracia representativa, a la que llaman “democracia sin adjetivos” tras quitarle el de “representativa”. Es curioso que, socialmente, este modelo es visto (a veces incluso por las mismas personas) de forma oscilante entre una idealización formal (“el pueblo decide a través de las elecciones”) y un desprestigio total (“los políticos, todos iguales”); en todo caso, ambas opciones paralizan la participación: tanto si se cree que esta se agota con el voto cada cuatro años como si se piensa que toda persona que pueda hacerlo utilizará lo público para aprovecharse (y no se visualiza otra alternativa más que la dictadura). Pero, más allá de visiones simplificadores, y prefiriendo obviamente la democracia representativa a la dictadura (parece increíble que haya que decirlo, por si acaso), no podemos admitir que con este sistema el poder realmente resida en el pueblo, sin más.

La democracia representativa, en primer lugar, niega explícitamente la participación directa en favor de la participación por delegación; sobre esto no hay que insistir, lo dice el propio modelo sobre sí mismo, pero conviene recordarlo, que luego, a veces, el propio poder nos dice hipócritamente que no participamos. Recordemos también que cuando un gobierno toma decisiones contrarias al programa con el que fue elegido, legalmente no hay nada que reclamar hasta las siguientes elecciones, cuando las decisiones, muchas difícilmente reversibles, ya se aplicaron. Otra de las limitaciones de los sistemas democráticos representativos es que pocas veces hay una mayoría de la población que haya votado favorablemente al partido gobernante: este suele ser la minoría mayoritaria, que suma menos votos que todo el resto de opciones juntas y casi siempre suponen mucho menos de la mitad del total de la población con derecho a voto, pues una parte de ella no vota.

En segundo lugar, la democracia representativa “realmente existente” escamotea los procesos de participación en decisiones trascendentes:

  • ¿Cuándo se consulta si se debe salvar a la banca o si hay que seguir las “recomendaciones” de los poderes económicos locales y mundiales?
  • ¿Cuándo y cómo se permite la participación en las decisiones concretas sobre política urbanística, o educativa, o…?
  • ¿Cuántas veces se reúne el poder político con “el pueblo” y cuántas con los grupos de presión de las grandes empresas?
  • Y en España, por ejemplo, recordemos que:
    • el eliminar la monarquía se presenta como casi imposible respetando los mecanismos que la Constitución establece;
    • los referéndums y las iniciativas legislativas populares excluyen los asuntos más importantes, según la misma Constitución;
    • en el sistema electoral español, además, encontramos perversiones como la infrarrepresentación de las opciones minoritarias cuyos apoyos se distribuyen por todo el territorio, lo cual da, como carambola, que son las minorías nacionalistas las que, con menos votos (aunque su número de diputados no sea más alto de lo que le correspondería proporcionalmente), condicionan habitualmente la política general con un fuerza totalmente desproporcionada respecto a su representatividad real.

Pero, además, y muy frecuentemente, las políticas globales quedan ocultas tras una suma (coherente en el fondo) de medidas concretas y dispersas en el tiempo y en el espacio, cada una de las cuales no parece tener tanta importancia y/o afecta a grupos desconectados entre sí; se trata de estrategias oblicuas que el poder aplica para evitar resistencias en asuntos sensibles: sería costoso para la Junta de Castilla y León explicitar que eliminará de forma global espacios ecológicos protegidos y fomentará el negocio privado de vertederos e incineradoras, pero ir haciéndolo en lugares distintos y en distintos momentos le permite ocultar las consecuencias globales; la Comunidad de Madrid no dice que dejará como residual lo público en educación y sanidad y que promoverá el negocio privado, pero privatización a privatización, y descuido a descuido de lo público, lo va haciendo sin que dicha política haya sido sancionada o presentada a la ciudadanía (y cuando sea evidente, ya lo público será residual y empobrecido). Pero no pensemos que solo el Partido Popular, “la derechona”, tiene tales estrategias: por ejemplo, mientras se habla de medio ambiente y economía sostenible, los últimos gobiernos del PSOE han permitido la expansión de los cultivos transgénicos en España ¿alguien recuerda que se sometiese a discusión o se explicitase en algún momento?

En la Unión Europea, además, se da hoy la circunstancia de que muchos gobiernos, especialmente en países “proeuropeos” como España, presentan a su ciudadanía (¡a quien los ha elegido!) como decisiones obligadas las que vienen dictadas por la UE. Pero entonces, ¿cómo se deciden las cosas en la UE?: pues los mecanismos son muy complejos (Nota 4) , pero, en todo caso, no es democrático de forma directa.

POST15M > Esto no es democracia
“Lo llaman democracia y no lo es” o “Que no, que no, que no nos representan” son lemas-estrella del 15M que, con muy pocas palabras, a la vez reivindican la democracia y condenan la actual precisamente por no ser lo que teóricamente proclama.

La dominación de unas minorías sobre las mayorías no ha dejado de existir, aunque ha cambiado de formas (y la mayoría ha obtenido algunos derechos); podríamos llamarla “dominación democrática”, aunque sea una contradicción en sus propios términos: dominación mediante mecanismos democrático-representativos (y otros más duros cuando estos no son suficientes).

En resumen: ¿dónde está el poder? Si la participación no permite ejercer el poder colectivo en lo importante ¿de qué participación estamos hablando? ¿cómo extrañarnos entonces de que se rehúya la participación? Muchas veces no se explicitará de esta manera, pero es fácil intuir cuándo se participa de verdad y cuándo se trata de un simulacro y, entonces, para qué perder el tiempo, para qué esforzarse, para qué tener conflictos y frustraciones… para qué arriesgarse a tener expectativas e ilusiones de cambio. Si hay que hacer lo que dicen los mercados, ¿por qué dicen que el poder lo tiene el pueblo? ¿es tan importante elegir a los gestores -aparentemente, gobernantes-? (Nota 5).

El modelo educativo y cultural: prepararse para lo que hay

En el campo educativo y cultural el margen de actuación es, en principio, mayor, pero lo dominante es la adaptación al sistema: la finalidad principal de la educación es, explícitamente, prepararse para el mercado de trabajo en el actual sistema económico. En cuanto a las formas, los métodos tradicionales permanecen, con modelos más blandos de autoridad y cierta dosis de simulacro (“haces como que me haces caso, yo hago como que has aprendido” parece decir una parte del profesorado), pero sin que se cuestione lo esencial. La participación institucionalizada es una vía muerta que todo el mundo sabe (o al menos siente) que lo es: ¿pueden las asociaciones de padres y madres tocar algo más allá de las actividades extraescolares, es decir, pueden tocar algo de lo escolar? ¿alguien cree que los consejos escolares de los centros deciden algo importante?

En el ocio se vende como rebeldía juvenil lo que es diversión superficial y consumo individualista. Incluso en las versiones culturales más “elaboradas” prima el disfrute individual. Hay otras propuestas, hay otras iniciativas, pero hay que buscarlas, no son las que la población se encuentra sin más, e incluso muchas de estas propuestas más críticas no logran salir de su propia autorreferencialidad cultural y minoritaria, siguen separadas de la actuación vital y del conflicto real. (Nota 6)

Más: algunas trampas y velos en contra de la participación y el conflicto abierto

Los “ventajas” del actual modo de vida y sistema económico son inmediatos en su efecto positivo individual (compro, cojo mi coche…), mientras que los efectos negativos (explotación, contaminación, perjuicio a la salud…), además de intentar ocultarse, son en todo caso retardados, difusos, multicausados, y diferenciados según los segmentos de población. Podríamos decir, por tanto, que el neoliberalismo perjudica como perjudica la contaminación: en la mayoría de los casos no hay una conexión inmediata y directa, por lo que suele ser más atractivo fijarse solo en el beneficio inmediato; los efectos perjudiciales no son directos, visibles e inmediatos y con unas causas concretas, sino que son el resultado de muchos actos individuales en los que parece que se actúa libremente y todos somos igual de culpables y beneficiarios; las políticas públicas y las estrategias privadas (con sus beneficios) quedan “ocultos” o en segundo plano, o incluso naturalizados. Los perjuicios se reparten (y no por igual), se socializan, mientras los beneficios se concentran, se privatizan, pero se ha conseguido que no se perciba fácilmente la conexión entre lo primero y lo segundo.

Hay decisiones privadas y públicas (políticas) detrás de lo que sucede, pero lo que ha provocado el problema ha sido aparentemente “no decidido” (el funcionamiento del capitalismo, el transporte motorizado privado), mientras que tomar la decisión para subvertirlo (límites a los beneficios privados, no circulen coches) supone una decisión que perjudica a algunos intereses, y, como ahora sí es visible, es polémica, genera resistencias (no solo de los “poderosos”).

No es fácil identificar hoy en día “el enemigo contra quién luchar”, sino que los problemas e injusticias, que mucha gente puede ver, son resultado de un “sistema” en el que hay muy distintos grados de implicación y que parece funcionar por sí mismo (no es así, en buena medida, pero para darse cuenta hay que ir más allá de lo que se ve y nos cuentan): ¿no habría una gran movilización si nos enterásemos de que 16.000 personas en España mueren cada año de forma prematura por culpa del grupo político o empresarial X? Sin embargo, esa cifra, al menos, es la que se achaca a la contaminación atmosférica: no se relacionan efectos y causas de forma directa, no se ven culpables… y se puede incluso oír la cifra (no muchas veces, es verdad) y olvidarla a continuación.

¿Cómo cada cual se ve en el sistema social? Una buena parte de la población, a la vez que puede estar sufriendo los efectos del sistema, participa a menudo en algún beneficio, o aspira a hacerlo (lo cual, psicológicamente, puede desactivarle para el cambio, incluso aunque nunca llegue a conseguir tal beneficio). Por otro lado, el envoltorio del sistema ha conseguido que se perciba como muy atractivo, aunque la realidad sea, en el fondo, dura: casi cualquier joven actual, en España, disfruta de un nivel de consumo y de comodidad desconocido en la historia, pero su inseguridad respecto a lo laboral (y, por tanto, respecto a su proyecto de vida, nada menos) es seguramente también mayor que nunca.

La falta de una alternativa movilizadora (y el acomodamiento)

POST15M > Radicalidad con humor y frescura
El humor, la frescura, la creatividad… también colorean la crítica y la alternativa, se convierten en un cuestionamiento subversivo porque explicitan que no nos han dominado el pensamiento. El lema central de la manifestación del 24 de julio de 2011 en Madrid (tras la llegada de las Marchas Indignadas) fue “no es una crisis, es el sistema”, lema que me pareció muy adecuado por lo radical (“ir a la raíz”), sintético y ajustado a la situación; pero allí leí en una pancarta: “no es una crisis, es que ya no te quiero”, que indica que, además de la influencia del activismo tradicional, hay otras (muy creativas, por cierto).

Para movilizarse, para participar… no es imprescindible contar con una alternativacerradao muy concreta, pero es evidente que disponer de una perspectiva alternativa, tenerlaconvicción de que las cosas pueden ser de otra manera y oponerla públicamente a la realidad existente hasta entonces tiene una gran fuerza motivadora y de convicción. Siguen existiendo, faltaría más, visiones utópicas y alternativas globales y concretas, pero lo que no existen son visiones alternativas ampliamente compartidas, en parte por la diseminación de frentes y conflictos, en parte porque el imaginario social poco escapa de la visión capitalista-productivista en lo económico (en una u otra variente), democrático-representativa (en lo político) e individualista (en lo cultural). No echamos de menos las vanguardias y las alternativas dogmáticas; sí que hace falta, sin embargo, imaginar escenarios muy distintos a los actuales para que el cambio no sea solo de actores.

Desgraciadamente, cuenta también el desprestigio que para lo“transformador” suponen las contradicciones en las que caen quienes accedieron a parcelas de poder con intenciones de cambio y fueron ell@s quienes cambiaron. O el que en muchas organizaciones antaño movilizadoras y socializadoras críticas se ha producido mayoritariamente un acomodamiento, un convertirse en gestores de una parte del sistema. O las perversiones de la participación, en casos en los que quienes tienen el poder de decidir grupalmente sobre asuntos públicos lo acaban haciendo en función de sus intereses puramente particulares.

Entre la ciber-virtualidad y la realidad

En los últimos años podemos tener la sensación de que en el ciberespacio las leyes de la dura realidad pueden saltarse: comunicación e información “sin límites”, conexión que salta por encima de las barreras espaciales, facilidad para la expresión y difusión de las ideas… a lo que han venido a sumarse las posibilidades abiertas por las redes sociales telemáticas que, curiosamente, parece que se han quedado con el nombre de “redes sociales”, anulando la misma existencia de las del mundo físico. En las recientes revueltas del mundo árabe, nos insisten mucho en el papel que han jugado las redes sociales virtuales, y bastante, desde luego, han tenido que ver, aunque no se está contando tanto el papel de los grupos de oposición existentes desde tiempo atrás, como, por ejemplo, el del movimiento sindical en el caso de Egipto.

No es fácil discernir entre posibilidades reales y aparentes, entre influencia real y superficial, ni siquiera es fácil separar hoy en día claramente lo “real” y lo “virtual”, pues existe, además de la interacción entre lo uno y lo otro, una propia realidad de lo virtual, en el sentido de que las relaciones y acciones que ahí se desarrollan son también reales en diferentes sentidos.

Como dice Castells, Internet ha permitido que el funcionamiento en red propio de todas las comunidades humanas se haya podido expandir más allá del área local donde tradicionalmente estaba restringido. Esto ha de aplicarse a las posibilidades multiplicadas para la acción social, pero tengamos en cuenta que ha sido cuando las protestas han alcanzado la calle (aunque se promovieran desde las redes en algunos casos) cuando la repercusión ha cambiado de magnitud.

POST15M > El yo y lo colectivo
Sin embargo, ahora veo que esta relación “desde el yo” con otras muchas personas facilitado la conexión crítica de personas que no se acercan a los movimientos sociales tradicionales. Quizá ahí ha radicado uno de los factores de éxito de movilización del 15M a través de las redes sociales; queda por saber qué grado de concienciación crítica se fue produciendo en las personas “no organizadas” a través de Internet y, especialmente, de las redes sociales: quizá era mayor de lo que pensábamos las activistas de los movimientos sociales (y que no estábamos en dichas redes sociales virtuales, aunque fuésemos activos en Internet).

Buena parte del éxito de las redes sociales virtuales parece deberse a su capacidad para expandir el yo, lo que, en muchas ocasiones, promueve un compromiso superficial y egocéntrico con aquello en lo que se participa, incluso cuando tiene algún componente social.

POST15M > Red social alternativa
Existen ya alternativas en construcción: n-1.cc es una red social orientada sobre todo a facilitar la acción grupal, y está siendo forzada a madurar precisamente porque la parte más organizada del 15M la ha empezado a utilizar. Está por ver si conseguirá reemplazar la conexión entre el “yo” y lo social o será más un instrumento de coordinación y conexión entre las personas más activas y organizadas.

El hecho de que algunas grandes empresas de Internet presten servicios “gratuitos” (a cambio de publicidad y de los datos y perfiles de los usuarios: el gratis total no existe) y de fácil uso de correo electrónico, blogs y redes sociales ha facilitado la extensión masiva de estos servicios; en parte, estos servicios se han utilizado para la discusión, la denuncia, e incluso la movilización social: ¿seguirán estas empresas facilitando estos servicios si no les resultan rentables o resultan políticamente amenazantes para sus intereses? Debemos potenciar las alternativas de programas libres y servidores no comerciales que ya existen, no podemos quedar en manos de intereses empresariales.

POST15M > Sentirse parte activa de algo global
Tengo la sensación de que una de las mayores contribuciones de Internet en el Movimiento 15M está siendo el que posibilta sentirse conectado a algo general participando localmente, y que esta sensación resulta muy estimuladora para quienes están muy habituados al uso de Internet pero no participaban en otras movilizaciones tradicionales: se siente que se está en Puerta del Sol y en todas las plazas, en la plaza global, aunque se esté en la plaza de la ciudad propia.

Obviamente, sigue existiendo mucha desigualdad en el acceso y en el uso del ciberespacio, aunque, entre la juventud, esta desigualdad es menor que la que existe en el acceso a la información en papel, en la formación cultural, en la cercanía al poder… El ciberespacio no es democrático, pero no lo es menos que el espacio real, y existe una masa social importante que puede usarlo críticamente.

Las tecnologías informáticas e Internet como red nos ofrecen, en todo caso, junto al uso habitual y acrítico (comercialidad, individualización, aislamiento, superficialidad, etc.), algunos ejemplos de uso alternativo y participativo. Citemos dos (además de los usos alternativos dados por los propios movimientos sociales):

  • La creación de programas informáticos de forma colaborativa y con licencias libres; aunque la participación está restringida a l@s técnic@s, el modelo de funcionamiento y la opción por la propiedad pública de los programas generados, frente al apropiamiento privado que promueve el modelo económico, son dignos de estudio.
  • La creación colaborativa de conocimiento público, y en este caso abierto a una participación mucho más amplia, en la Wikipedia, que se ha convertido en una herramienta que ha demostrado de forma práctica y generalizada la potencialidad de lo colaborativo y la necesidad del conocimiento como bien común (frente a la privatización y a la idea, tan difundida hace unos pocos años, de que solo pagando empresas particulares se accede a algo de interés).
POST15M > En la calle, en la red
Hasta que no se ha “tomado la calle” el movimiento virtual no se ha convertido en un movimiento “real”, por mucho que la difusión y la creación de redes se hubiese ido fraguando en la red, lo cual tampoco es desdeñable. Además, la coordinación horizontal en un movimiento tan extenso, rápido y masivo solo es posible mediante las tecnologías de la información.

La participación crítica, transformadora, más allá de lo colaborativo (que no es poco, en el modelo social que vivimos), no podrá abordarse separando totalmente lo “virtual” (si este no toca el funcionamiento social real, será otro simulacro) y lo “real” (nuestro sistema sociocultural incluye también el virtual, y este nos proporciona herramientas multiplicadoras para el trabajo en red y la participación).

Participación transformadora: algunas ideas-fuerza para el debate

POST15M > También aquí
Uno se alegra de haber escrito previamente al 15M sobre estos movimientos inesperados… ¡!

En todo caso, y a pesar de las inercias y trampas del “sistema” que hemos ido analizando, existen distintas experiencias de participación: más o menos organizadas, más o menos insertadas en lo institucional, más o menos transformadoras. También existen redes que permanecen semi-durmientes durante mucho tiempo y hasta movimientos inesperados, como ha sido el caso de las revoluciones árabes de estas semanas. Y hay que contrarrestar el discurso de “no hay alternativa” y de “la sociedad no es más que la suma de individuos que actúan egoístamente”: incluso en este sistema, la cooperación también forma parte de la realidad, más de lo que la visión dominante deja ver (no todo es agresión y competición: sin los cuidados y la colaboración la especie humana ni siquiera existiría).

POST15M > Líderes y feromonas…
En una reunión hemos escuchado decir que, a diferencia de las estrategias tradicionales en los líderes deciden las estrategias moviendo a sus piezas en el tablero de ajedrez, en el Movimiento 15M la coordinación se consigue sin dirigentes y sin estructuras complejas de coordinación, pues cada grupo lanza sus propuestas a las que se adhieren más o menos gente según su atractivo, a la manera en que las feromonas actúan atrayendo en la distancia. Piénsese, además de lo que esto significa en cuanto a autoorganización, en lo poco manipulable o destruible que es un movimiento en el que no hay dirigentes inidividualizados que negocian en nombre de los demás (¡aunque las asambleas llevan mucho tiempo, también es verdad!).
  • Históricamente, los movimientos han buscado la transformación radical de lo existente, no se plantea la participación en ese sistema. Participar ahora, en principio, parece ser participar en lo existente. Participación es “ser parte de”, pero ¿se debe participar en un sistema del que quizá no se quiera formar parte? También se puede responder que se quiere ser parte activa, transformadora, y que hoy sabemos con claridad que no puede haber procesos transformadores profundos si no son participativos, si una minoría impone los cambios que operan sobre la mayoría.
POST15M > Desbordamiento de lo establecido
Uno de los éxitos claros del 15M ha sido precisamente su desbordamiento de lo establecido, el ir más allá de los mecanismos establecidos, tomando las calles, tomando las plazas, tomando la palabra… directamente y ya. También ha desbordado los mecanismos tradicionales de protesta, y quizá por ello ha atraído, como algo nuevo que es, a quienes hasta ahora no se habían sentido atraídos por los movimientos tradicionales.
  • La participación debe crear, debe “romper” los límites no puede ser “tomar parte en lo que hay sin cuestionarlo. ni funciona la participación ni es transformadora. Hay que “construir poder” y no entregarlo (Egipto: se organiza de forma sorprendente una verdadera masa social y entrega finalmente lo conseguido al ejército).
  • Si la participación se da sin cambiar-enriquecer el punto de vista dominante o sin cambiar la situación de partida, se tiende a reproducir lo existente, se actúa conforme a la rutina y el pensamiento dominante, o se actúa según los intereses particulares o corporativos. Ante una propuesta de participación, habrá que tener en cuenta, para ver cuáles son sus posibles efectos y nuestra posibilidad de intervención real:
    • quién tiene el poder final para decidir, y quién controla más y menos en el proceso,
    • qué estructuras condicionantes existen, y si son transformables, eliminables o al menos reducibles,
    • en qué contexto más amplio se produce,
    • quién tiene la posibilidad de seducir con sus sueños y propuestas,
    • si vamos a justificar con algunas migajas conseguidas el fortalecimiento de lo existente (paralizando el movimiento).
POST15M > Motivos
En el 15M, la indignación ha sido la movilizadora, aunque no existiese un proyecto movilizador alternativo claro: ha cristalizado todo en una acción visible que focaliza y permite hacer común y colectiva la indignación. Ha jugado un papel determinante la confluencia de unas atinadas convocatorias con un malestar general que nadie había sido capaz de canalizar, y ahí se han sumado las experiencias de los movimientos ya organizados.
  • Se necesita un proyecto movilizador y transformador de lo existente, un proyecto ilusionante (que hoy en general no se tiene), sin el cual la “participación crítica” no puede funcionar, o es excepcional. Para la movilización, al menos, se necesita una indignación con una expectativa de solución mucho más fuerte que la que hay.
  • Un problema al que debemos enfrentarnos es la falta de participación de la parte menos empoderada de la sociedad, precisamente aquella que sufre en mayor medida las consecuencias del sistema.
POST15M > Diversidad sin siglas
Una de las fortalezas del Movimiento 15M está siendo la ausencia de siglas: ello permite que la identificación se produzca a través de los mensajes que cada cual transmite, que pueden ser diversos y no compartidos al cien por cien por cada participante; se evita el desgaste del enfrentamiento organizacional clásico. Obviamente, esto no significa que no sean importantes los colectivos estables (y muchos de ellos han potenciado y enriquecido el propio Movimiento 15M), sino que la identificación es con algo común y mayor.
  • ¿Hay que buscar la participación con la mayoría social o participar/movilizar en lo que podemos, aunque se sea minoritario? ¿hay que organizar la participación especialmente los que pensamos parecido o entre todos y todas? Recojamos lo que el asambleísta argentino Franco Ingrassia dijo hace unos pocos años:
    ”en cada asamblea nos juntamos los que vivimos en un mismo barrio, no los que pensamos igual. Tuvimos que aprender, entonces, a construir con otros distintos a nosotros. Con algunos construir más, con otros menos. Con los que construimos más, coordinamos. Con los que construimos menos, articulamos. Para nosotros la unidad no es (sólo) un problema de voluntad, sino (también) de creatividad”.
    Recogido por Miguel Ángel Ferrari (2002): “Unidad en la diversidad”, publicado en La insignia www.lainsignia.org/2002/agosto/ibe_116.htm

Concluyendo, de momento, entre la dureza de la realidad y la esperanza de lo inesperado (y de la que ha de proporcionar la voluntad), acabemos con una nota más:

POST15M > Encontrarse en la plaza
Aunque se haya participado en muchas protestas y movimientos anteriores, quien esto escribe no había vivido nunca algo parecido: encontrarse en asamblea hablando y discutiendo con extraordinario respeto entre personas muy diferentes, y con la sensación de estar construyendo algo que se ha autoorganizado no se sabe muy bien cómo, pero funcionando de una manera que en sí misma demuestra la posibilidad de ser ciudadanía. La gran diversidad, e incluso contradicciones entre enfoques reformistas y radicales, entre ingenuidad y análisis ya muy trabajados… ha sido en sí también un valor y una sorpresa, permitiendo que entraran en contacto grupos y personas que nunca lo habrían hecho en las condiciones habituales. La convicción de la noviolencia, la inteligencia colectiva expresada en tantas cuestiones, el respeto, la utilización novedosa del lenguaje de signos…, han impresionado a quienes lo han vivido de cerca tanto como la masividad de las movilizaciones.

NOTAS

[1] Entre el 15 de mayo y el 22 de mayo de 2011, día de las elecciones municipales y, en muchos territorios, también autonómicas, el movimiento se extendió de forma general por toda España y continuó meses después; sigue activo a fecha de hoy, al terminar el verano del mismo año.

[2] “La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se proclama mundo…” Manual de instrucciones Julio Cortázar

[3] Esto decíamos en febrero: después no ha hecho más que agudizarse esta realidad.

[4] Una de las causas es el complicado equilibrio entre cooperación entre estados y supraestatalidad, pero ¿no será otra el que así no hay a quién pedir cuentas?

[5] No son iguales todos los representantes políticos ni todas las políticas que se desarrollan, pero sí son muy parecidas,cuando no idénticas, las políticas económicas estructurales de los gobiernos de la derecha moderna y de la socialdemocracia actual, lo cual seguro que tiene que ver con el descreimiento político de buena parte de la población.

[6] En torno a esta idea, puede verse Cultura crítica y transformación social


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