Jornadas Estatales de Comunidades de Aprendizaje organizadas por ACOGE en Valladolid

La convivencia y su desarrollo a través las actuaciones educativas de éxito – Henar Rodríguez Navarro y Beatriz Gallego López

Henar Rodríguez Navarro y Beatriz Gallego López. Grupo Acoge.

(Artículo asociado con el de Comunidades de Aprendizaje en el CEIP Miguel Iscar, experiencia de la que el grupo ACOGE es impulsor)

Desde la amistad de “Mustafá y Sergio” hasta el debate sobre la “Alianza de civilizaciones”, requiere de un entorno donde la diversidad sea entendida como una fuente de riqueza y de conflicto constructivo. Vivimos en entornos cada vez más heterogéneos, donde la información y la interacción se han convertido en actividades primordiales y en generadoras de conocimiento conjunto (Aubert, Flecha, García, Flecha, Racionero, 2010). Esta realidad se hace presente en el día a día de los centros educativos, y hace que la convivencia y el aprendizaje sean dos de los ejes vertebradores de cualquier realidad educativa. Ambos aspectos de forma conjunta contribuirán al éxito educativo de todos los alumnos. No hemos de obviar que el fracaso escolar de determinados alumnos es uno de los elementos que interviene en la aparición de problemas de convivencia en muchos centros.

Convivencia y participación en el marco de la inclusión
El desarrollo de la convivencia, se sustentará en el marco de la inclusión con el fin de involucrar a la comunidad educativa en la reflexión, en la toma de decisiones, en la puesta en funcionamiento y en la evaluación de las acciones que dinamizan un centro escolar. En la definición de inclusión educativa propuesta por (Ainscow, Booth y Dyson, 2006), observamos que la participación, junto con la presencia y el aprendizaje, es una de las dimensiones fundamentales para la educación de todos los alumnos. Esta dimensión directamente vinculada con el ámbito de la convivencia, se podrá materializar a través de principios como el de enseñar responsabilidad y a establecer la paz o el cuidado de los vínculos sociales en la realidad educativa (Arnaiz, 2003).
Los resultados del Proyecto Europeo INCLUD-ED (Estrategias para la inclusión y la cohesión social en Europa desde la educación, 2006-2011), anuncian recientemente que; la participación de la comunidad educativa se convierte en una oportunidad inmejorable para la mejora del rendimiento académico y para aumentar el sentimiento de pertenencia y el compromiso con la mejora de la convivencia.

Al igual que en cualquier otra situación social, en la participación educativa no será posible separar la convivencia del conflicto, al considerarse partes de la misma moneda y por ser algo natural e inevitable en la existencia humana y necesario para el crecimiento y desarrollo de los individuos y de las sociedades (Galtung y Jares, 2006).

Modelo dialógico para la prevención de conflictosJornadas Estatales de Comunidades de Aprendizaje organizadas por ACOGE en Valladolid
Así, la interacción y el diálogo serán la base para la creación de una cultura de paz, y los principios del aprendizaje dialógico el referente para la prevención y resolución de conflictos en los centros educativos (Flecha y García, 2007). Los siete principios que definen este aprendizaje (diálogo igualitario, la inteligencia cultural, la igualdad de diferencias, la dimensión instrumental, la creación de sentido, la transformación y la solidaridad) guardan una estrecha relación con el desarrollo de la convivencia en los centros al estar orientados hacia la igualdad de las diferencias.

Derivado de todo ello, y como señalan los resultados del Proyecto INCLUD-ED (Grañeras, Díaz-Aaneja y Gil, 2011) una iniciativa de éxito en los centros escolares es la propuesta del “Modelo dialógico para la prevención de conflictos”. Como señalan (Flecha y García, 2007), este modelo, frente al “Modelo experto” o al “Modelo disciplinar o autoritario”, se basa en la prevención de situaciones de conflicto y no en tratar de resolverles una vez aparecidos o en tratar de eliminarles mediante acciones punitivas.
El modelo dialógico apuesta por la resolución de los conflictos a través del diálogo e implica a la totalidad de la comunidad en la creación e implantación de normas escolares que puedan ayudar al alumnado a enfrentarse a las distintas dificultades que puedan surgir en la escuela. Siendo el principio de validez y no el de autoridad el que defina estas normas de convivencia consensuadas (Grañeras, Díaz-Aaneja y Gil, 2011).

Actuaciones educativas que promueven la convivencia
Ejemplos de cómo la generación de espacios de diálogo y de participación promueven la prevención de conflictos y la construcción de una convivencia inclusiva los encontramos en las distintas actuaciones educativas de éxito que se están poniendo en práctica en distintas escuelas europeas. En España estas actuaciones se desarrollan en las Comunidades de Aprendizaje, y se materializan a través del desarrollo de acciones como las siguientes:

La formación de familiares a través de actividades como talleres para aprender a manejar Internet, programas de alfabetización, bibliotecas tutorizadas, lecturas dialógicas, etc. Esta forma de compartir con las familias ayuda a crear nuevas expectativas educativas e influye directamente en la mejora de las relaciones que se establecen en el día a día de los centros.

Los grupos interactivos, forma de trabajar basada en el aprendizaje de máximos, solidariamente y con la ayuda de personas de la comunidad, que favorecen el desarrollo de sistemas de prevención de conflictos en todos los niveles.

La participación de la familia y de la comunidad en la toma de decisiones y en los procesos de evaluación a través de las comisiones mixtas de trabajo. Siendo la comisión de convivencia una de las más comunes que existe en los centros. El proyecto INCLUD-ED señala que este tipo de participación decisoria, junto con la evaluativa y educativa, son los modelos que influyen más positivamente en el aprendizaje y en la convivencia de los centros educativos.

La realización de asambleas grupo-clase, tanto en Educación Infantil como en Primaria, como estrategia de autorregulación, de mejora del clima de aula y que potencia el desarrollo de la competencia comunicativa, aspectos clave para el diálogo. Estas asambleas se convierten en espacios de gran utilidad para consensuar las normas y para la formación más exclusiva en prevención y mediación de conflictos. Al igual que en resto de actuaciones, en algunas de ellas se cuenta con la participación de familiares en el desarrollo de las mismas.

Y, el consenso de las normas con toda la comunidad educativa a través de la comisión de convivencia y de las asambleas grupo-clase que se han establecido en el centro. En el modelo dialógico se establecen determinadas condiciones que tendrán que tener las normas consensuadas. Entre ellas las siguientes: Que puedan ser claramente acordadas por todas las personas; que tengan relación directa con un tema clave para las vidas de las niñas y niños; que haya apoyo “verbal” claro del conjunto de la sociedad; que se estén incumpliendo reiteradamente, aunque estemos de acuerdo en que se tiene que cumplir; que se vea posible eliminar ese comportamiento y que con su superación, la comunidad dé un ejemplo a la sociedad, familiares, profesorado, niñas y niños (Flecha y García, 2007). Para ello, los centros establecerán un proceso de elaboración basado en el diálogo, con el fin de que conjunto de la comunidad se convierta en seguidora de la aplicación de la norma y de su continua revisión.
Con el desarrollo de estas actuaciones de éxito, observamos como los centros están generando una mejor convivencia entre su alumnado y con la comunidad en general, y además, están contribuyendo a que todos los alumnos puedan aprender y tener éxito educativo a lo largo de las distintas etapas de la enseñanza obligatoria, hecho que en el que en el futuro les permitirá acceder a otros estudios, incorporarse al mercado de trabajo y cumplir sus sueños.

Bibligrafía
Ainscow, M., Booth, T. y Dyson, A. (2006). Improving schools, developing inclusión. Londres: Routledge.

Arnaiz, P. (2003). Educación inclusiva: una escuela para todos. Málaga: Aljibe.

Aubert, A.; Flecha, A.; García, C.; Flecha, R y Racionero, S. (2010). Aprendizaje dialógico en la sociedad de la información. Barcelona: Hipatia.

Aubert, A.; Duque, E.; Fisas, M. y Valls, R. (2010). Dialogar y transformar. Pedagogía crítica del siglo XXI. Barcelona: Graó.

De Vicente, J. (2010). 7 Ideas clave. Escuelas sostenibles en convivencia. Barcelona: Graó.
Flecha, R. y García, C. (2007).

Prevención de conflictos en las comunidades de aprendizaje. Revista de Educación de Castilla la Mancha “Idea La Mancha”, 4, 2007, pags. 72-76.
Grañeras, M.; Díaz – Caneja, P. y Gil, N. (2011).

Actuaciones de éxito en las escuelas europeas. Madrid: IFIIE- CREADE- Ministerio de Educación.
Jares, X. R. (2006). Pedagogía de la convivencia. Barcelona: Graó.

INCLUD-ED: Working papers: Case studies of local projects in Europe. 2nd round- URL: http://creaub.info/included/http://www.ub.edu/includ-ed/es/about.htm