7 de noviembre de 2015 > La carrera docente, dentro de la LOMCE, en campaña

Ha salido a la luz pública el encargo que el nuevo Ministro de Educación ha hecho a Jose Antonio Marina sobre la profesión docente. Se hace aquí un primer análisis de lo que ha trascendido.


El encargo aceptado por José Antonio Marina

Blog de Jose Antonio Marina
“Libro Blanco sobre la Profesión Docente.

El Ministro de Educación me ha encargado la elaboración de un Libro blanco sobre la Profesión Docente. La redacción inicial debe estar terminada a finales de Noviembre, para que intervenga en el debate educativo de la campaña electoral. Un libro blanco es un documento que de un modo riguroso trata un problema y plantea soluciones para ayudar a la toma de decisiones.
Esta sección tiene un segundo objetivo: pedir la colaboración de todo el mundo.

José Antonio Marina es muy incauto o se ha dejado “cegar” por el honor del encargo que le han hecho desde el PP. Si su redacción debe estar lista a finales de noviembre y sabe que es para usar en las elecciones ¿cómo puede decir que es la “redacción inicial”?. ¿Cómo se puede pedir colaboración a principios de noviembre para llegar a un documento a finales que sea “riguroso” como anuncia.

Este supuesto libro blanco no parece que vaya a ser un documento de debate (empezando porque, de momento es de un solo autor) sino un instrumento de la campaña del PP.

Por otro lado, aceptar un libro blanco así supone que se hace aceptando como marco la actual ley educativa sin cambios la LOMCE. ¿Eso supone que este nuevo ministro de Educación, que se proponía negociar mucho aunque ahora “no diera tiempo”, no tiene intención de cambiar ni una coma de esta ley si siguiera tras las elecciones? ¿José Antonio Marina es consciente de lo que está aceptando?

Respecto a lo que se ha hecho público

Solo comentar más un par de aspectos que se han hecho públicos. Se escoge una entrevista del periódico “El Mundo” para que no haya sospecha respecto a que el medio elegido esté contra la LOMCE.

Las direcciones

Este es un aspecto poco comentado y debiera serlo más. Algunas frases de la entrevista:

“Marina también quiere más «flexibilidad» en la contratación para que los directores puedan seleccionar a sus equipos. …”

“…El buen maestro no puede cobrar lo mismo que el malo. Voy a proponer incentivos económicos y de progreso en la carrera. Planteo la posibilidad de ascensos en dos vías. Por un lado, la vía de la gestión, porque necesitamos buenos gestores de educación. Y, por otro, la vía académica. …”

“… Debería haber un procedimiento para que los directores pudieran seleccionar a una parte del profesorado, dentro del funcionariado….”

¿No suena demasiado a LOMCE? No es aceptar el papel de la dirección de forma individualista y “empresarial” como hace la LOMCE, sin cuestionar la forma en que esta figura se elija , ni las funciones (que propone aprovechar mejor). No se deja ver, ni en un momento, una propuesta de equipo o responsabilidad más colectiva. El director (o directora suponemos) a gestionar y mandar y elegir, el profesorado a dar su clase lo mejor posible.

El sueldo. El tema “estrella”

Parece que se propone que el sueldo del docente vaya vinculado a la evaluación de centro. Esta, en la LOMCE(si sigue adelante), va a estar marcada por los resultados de las pruebas de reválida. Hay que tener en cuenta que, aunque José Antonio Marina piense en otra cosa, no puede desvincular lo que él llama carrera docente de lo que la ley educativa rige. El otro día un compañero hablaba de qué resultados podrían conseguir en una escuela del cinturón de una ciudad de CyL marcada por el favorecimiento a la escuela privada concertada(como el resto). ¿No es eso absolutamente clasista, selectivo? Quizá un motivo más para que el profesorado quiera no estar en esos centros, para que el alumnado que puede progresar se vaya de ellos, para que se hundan más centros y opciones de que existan colegios e institutos públicos vinculados a un entorno que los necesita.

José Antonio Marina también habla de otras opciones individuales de evaluación que habría que discutir porque no las aclara de momento. En todo caso ¿pueden evaluar a un profesora o profesora igual si le han recortado recursos o si no lo han hecho?. Nos podemos imaginar la evaluación que resultaría en una maestra o maestro de infantil con 25 niños y niñas, en un aula que no cuente con nadie y en la que debe empezar por adelantar la compra de las pinturas a usar y sin , por supuesto, un ordenador para proyectar una fotografía familiar, o sin contar con sustituciones si alguien cae enfermo, por ejemplo. Resulta complicado. Nos podemos imaginar un profesor o profesora con grupos de 25 o 30 alumnos y alumnas de 1º o 2º de la ESO, de los que 10 o 12 son ACNE o ANCE , con otros bloques de 6 ó 7 que quizá debieran serlo, con porcentaje igual de repeticiones y todo sin materiales ni apoyos suficientes para poder trabajar esa supuesta “diversidad”? ¿No es mucho más urgente pensar seriamente en arreglar esas situaciones antes de hacer un libro sobre carrera docente? ¿Por qué no pensar en un libro blanco para plantear un sistema educativo radicalmente diferente al que ahora tenemos? Y que fuera participado de verdad.

Existen otros temas como la resurrección de los colegios profesionales que propone o la existencia de un MIR o desdoblar la inspección, que habrá que debatir más cuando veamos el documento definitivo.

Un punto añadido: la religión. Por no poner todo en negativo (absolutamente).

“¿Quitaría la Religión del currículo, como propone el PSOE?
Creo que la religión confesional no debe estar en los currículos, porque el currículo debe tratar de lo universal, no de lo particular. Pero debemos incluir una asignatura sobre lo que ha significado la experiencia religiosa en el mundo.”

Bien quitarla, del currículo de historia religiosa se tendría que debatir. La cuestión es que eso es “quedar bien” porque a él le han encargado un libro blanco sobre carrera docente y en eso, ya lo sabe, no le van a hacer ni caso. Una cosa es lo que opine y otra cosa es el encargo, que seguro le han hecho con los límites bien marcados (y aceptados). José Antonio Marina quizá debiera pensar qué parte de su propio discurso está anulando con este “libro blanco”.