Lo que dan a entender los medios de comunicación

(Tribulaciones de un padre a punto de escoger Instituto para su hija)

29 de enero, como cada domingo después de leer el periódico, hojeo el suplemento “Domingo” del País. En su portada aparece: «más rebeldes, más activos Así son los chicos en el instituto»
El tema va de institutos públicos, me interesa, mi hija está a punto de iniciar la ESO.

Miro los párrafos destacados, el encabezamiento y “los santos” (que decía mi abuela). Catastrófico ¡qué dice este periódico! ¿Pero el País no era quien defendía un punto de visto progresista? Bajo una “aséptica foto” se lee en el encabezamiento: «el 72% de los profesores de instituto corre el peligro de caer en la depresión por miedo a sus alumnos,» ¿sólo en los públicos?.

Me doy un paseo por las fotos y veo que hacen referencia a: «Un guardia vigila el patio del colegio Antonio Machado, en La Línea de la Concepción», «concentración de alumnos y profesores en un instituto en Sevilla, 2005, en contra de la violencia en las aulas» (sólo en la versión en papel), «los profesores temen sobre todo a determinados alumnos díscolos que revientan las clases» (sólo en edición en papel).
¡Dios santo! ¡dónde voy a meter a mi hija!.

Comienzo a leerlo y el primer párrafo recoge: «la profesora de música empezó así “Claudio Monteverdi perteneció al barroco y al renacimiento”. Ya no consiguió decir más. Los 26 alumnos de primero de la ESO (de 12 años) se pusieron a hablar. Y a reírse. No callaron en 45 minutos. No sólo eso: varios repetidores (de hasta 14 años) se levantaron para bailar al estilo orangután al ritmo que marcaban sus compañeros con los tambores, las flautas, los timbales y hasta una batería que todos aporreaban sin permiso de nadie. El aula se volvió una locura interrumpida…»

¡Madre mía! No sé si continuar. ¿Me están diciendo que todos los institutos públicos son como una batalla campal?. Yo no llevo a mi hija allí ni pa-dios, mejor a un concertado aunque haya que pagar transporte, y no me guste ¡qué la vamos a hacer!

Estoy a punto de tirarlo medio cabreado, no sé si con quien lo escribe o con el mundo en general, que no me deja disfrutar de la educación pública que quería para ella. Le echo moral en un último intento por reconciliarme con el suplemento y por si estoy malinterpretando.

Me encuentro otras dos joyas que llaman mi atención:

«…se pone enfermo el profesor de sociales y su veintena de alumnos vagabundean por los pasillos como un rebaño sin pastor ni perro guardián»…
¿Pero eso pasa siempre?, pienso. Cuando he hablado con amigas y amigos de otros institutos, no dicen que los chavales anden por ahí montando número cuando falta su profe.

«La policía nos ha avisado de que el padre de un alumno conflictivo es bastante más peligroso que el hijo, y de que tengamos cuidado con él»
Esto “mejora a cada paso”.

Vamos a por más:

«…El profesor aprovecha el silencio para explicar la facilidad de los romances para…»
O sea, que no todas las clases son como las que destacaba el artículo al principio, ¡pues lo podían haber dicho antes!.

«por lo general, la indisciplina viene de la desmotivación. …»
«…para estas generaciones, que han nacido con la democracia, ya no valen las normas anteriores, no quieren que su maestro sea del siglo XIX, sino del XXI,…»
.

Bueno, parece que se va entrando en razón (a buenas horas), ya hay algo más que adolescentes pervertidos y con especial interés en sabotear todo lo que está a su alrededor. Al menos se ven otras causas y se pueden prever soluciones.

«…la actual generación de alumnos es más revoltosa y más difícil de llevar, pero también son más preguntones, más activos, más desinhibidos»..
¡Hasta se le encuentran cualidades a la juventud!. Lo que me iba a perder si no lo llego a leer.

«Antes, los profesores entraban con el respeto puesto. Ahora nos lo tenemos que ganar día a día y curso a curso con los alumnos».
Y se pone en duda el autoritarismo, bien, va bien, aunque no sé cuanta gente habrá leído hasta aquí.

Volvemos a las andadas más adelante:

«Los alumnos revientaclases son el terror del docente bienintencionado… el 80% …aseguraba que la causa de la indisciplina en las aulas había que buscarla en alumnos especialmente conflictivos».
¡Bonita forma de hablar de las causas de un problema!, sobre todo “profundo, muy profundo”, lo mejor es crear “culpables irrecuperables” con quien desfogarse ¿y de lo que decía en párrafos anteriores?.

«Basta visitar un instituto público para que este problema asome enseguida»
¡Buf! Esta frase parece el resumen de todo lo que se quiere decir. Estoy a punto de rendirme y dejarlo.

Ya no queda mucho artículo, así que acabaré:

«si no se dan medios a la enseñanza pública, si no se le auxilia, este principio democratizador (la extensión hasta 16 de la LOGSE) se pervertirá»;
«Hay institutos en Madrid con un porcentaje de inmigrantes elevado y centros concertados situados al lado donde no va ningún inmigrante…y el privado-concertado, donde se refugian los hijos de la clase media para mantener el nivel».

¡Andá! O sea, que no es casual, ¿no hay medios para la pública mientras a la privada-concertada se le deja estar seleccionando a quien quiere y no quiere?. Esto no aparecía en los titulares. En esto no se profundiza: ¿quién lo provoca? o ¿aparece por generación espontánea? ¿va a seguir así?. No parece que esta situación sea tan “democrática”. Me acuerdo, entonces, de una conversación sobre los dineros a la concertada y la exclusión de alumnado y pienso contestándome: ya, sí, seguro que hay centros concertados que acogen alumnado con situaciones problemáticas, pero, de esas excepciones se está “beneficiando” el resto.

Ya voy acabando:

«La manera de ser de las nuevas generaciones, más inquietas y espontáneas, obliga a concebir la clase no sólo como un mero trasvase de conocimientos,…»
O sea que la solución tiene que ver con hacer un sistema que se adapte al alumnado que existe, pues a ello ¿no?

Al final ¿que decido? Algo está claro, la educación pública para mi hija no me lo va quitar nadie. Tengo la seguridad de que allí conocerá a más gente, aprenderá y madurará como en ningún lado.

Ahora sé con quien acabé cabreado: con el artículo. Después de tratar tantos temas ¿por qué eligió los titulares y las fotos más denigrantes para la Escuela Pública? ¿tenía alguna intención?. Con lo bonito que hubiera sido un artículo que informara realmente sobre el problema de la indisciplina (en pública y privada, que también hay, aunque se calle) y sus consecuencias (incluidas las que sufre el profesorado) en vez de dar la apariencia de ser unas “crónicas marcianas en papel”. A mí, por lo menos, me hubiera venido muy bien esa información.


A propósito de… (Breve quincenal)
Concejo Educativo de CyL


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