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De mi escuela para mi ciudad: participación de los niños y niñas en la mejora de su ciudad

Ponencia desarrollada por Julio Majadas Andray. GEA s. coop.

Artículo realizado a partir de textos de: Julio Majadas Andray. GEA s. coop, Merche Rubio Noheda. GEA s.coop, Felipe Arroyo Rueda. Ingeniero Técnico del Ayto de Segovia.
(Ponencia desarrollada en el Encuentro de Verano de CyL, 2008)

Un programa que da voz y promueve la participación de los niños y niñas en la mejora de su ciudad.


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Han pasado más de nueve años desde que un grupo de personas ilusionadas con su ciudad, que creían en la educación ambiental como una herramienta transformadora del entorno, y en la capacidad de los niños para aportar una nueva visión de Segovia, pusieron su empeño, su ilusión y su esfuerzo en sacar adelante una maravillosa apuesta: Hacer de Segovia una ciudad más amable a partir de las ideas de los niños. Han sido años de duro esfuerzo, pero también de grandes satisfacciones, y, sobre todo, de ilusiones compartidas por muchas personas: niños y niñas, profesorado, AMPAS, técnicos municipales, técnicos ambientales, educadores/as ambientales, policía local…

UN POCO DE HISTORIA

El Programa de Educación Ambiental “De mi Escuela para mi ciudad” nació en el año 1998 con la intención de promover la implicación de los niños y jóvenes en la mejora ambiental de Segovia, partiendo de un trabajo centrado en las escuelas pero abierto en todo momento a la ciudad.

Aunque se desarrolle en las escuelas se trata de un Proyecto de Política Municipal, dado que lo que se pretendió desde el primer momento fue, por un lado, promover la implicación de la población más joven en la mejora de los problemas ambientales urbanos, con la necesaria participación de un número significativo de educadores y niños, pero también debía darse una condición imprescindible: la implicación real del Ayuntamiento, de sus técnicos, concejales, del Alcalde de la ciudad, para escuchar, valorar, y en algunos casos, materializar, las propuestas de la población más joven.

Surgió por iniciativa del Ayuntamiento de Segovia, desde donde se invitó a la Dirección Provincial de Educación a colaborar facilitando que este programa tuviera su escenario de puesta en práctica en las escuelas e institutos de la ciudad. Con el tiempo se han sumado otras instituciones: la Escuela Universitaria de Magisterio de Segovia, el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM) y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

Para organizar y coordinar el desarrollo del programa, se creó un “laboratorio de ideas”, un grupo de trabajo donde técnicos y educadores de las distintas instituciones, pusieron su tiempo, sus ideas y mucho entusiasmo para hacer realidad el programa a través del diseño, seguimiento y evaluación de las acciones propuestas cada curso.

LOS INICIOS DEL PROGRAMA

Volviendo a los orígenes del Programa, su planteamiento nace a partir de una encuesta inicial realizada a la población, para conocer cual era la percepción de la ciudadanía sobre los problemas ambientales que entonces soportaba Segovia. A partir de los resultados de esta encuesta y apoyándose en las ideas del psicólogo infantil “Francesco Tonucci” recogidas en su proyecto “La ciudad de los niños”, surge “De mi Escuela para mi Ciudad” un programa bajo el que subyace la idea de Tonucci de que, “una ciudad buena para los niños es una ciudad buena para todos”. 1

Con esta filosofía, el planteamiento del Programa, ideado por María Sintes,2 educadora ambiental, se plantea inicialmente a partir de cinco propuestas anuales a desarrollar durante los cursos niños y niñas 1998-2003. El plan educativo se organiza a través de actividades que tienen como objeto de estudio la ciudad, el lugar donde transcurre la vida cotidiana de quienes participan en él, y por lo tanto, el espacio donde tienen más capacidad para que sus ideas se traduzcan en cambios reales que beneficien a todos. Se realiza una propuesta anual, que sirve de hilo conductor de las acciones particulares que emprende cada centro escolar a lo largo del año, acciones que se suman como respuesta a un reto colectivo.

La estructura del programa plantea, además, una idea ambiciosa y que constituye un eje en todas las acciones planteadas: El trabajo realizado ha de trascender más allá de los centros escolares, los logros, las ideas, las mejoras…, se han de compartir con la ciudad, mediante su comunicación a través de los medios de comunicación, de actos de divulgación y exposición, de jornadas y a través de la publicación de materiales.

PRIMER QUINQUENIO: 1998-2003

Los proyectos desarrollados durante la primera etapa quinquenal del Programa sirvieron para conocer e investigar la situación ambiental de Segovia, para recoger la imagen que los niños tenían de su ciudad y como la sentían, con el fin de promover su implicación activa en su mejora, tanto a través de la aportación de ideas y propuestas dirigidas al Ayuntamiento como mediante sus propios compromisos.

Para alcanzar este objetivo se propusieron cuatro proyectos:
Acercamiento al paisaje urbano de la ciudad. Elaboración de un “Mapa emocional de Segovia. La ciudad vista por los niños”.
Estudio sobre el funcionamiento de Segovia como ecosistema. “Ese organismo llamado ciudad”. Concurso de ideas felices para mejorar Segovia.

Ecoauditorías escolares: el patio de recreo.

Ecoauditorías escolares: el centro de enseñanza.

El primer año, curso 98/99, se comenzó con la celebración de un curso taller en el Centro de Profesores, en el que se diseñó la estrategia a desarrollar con el alumnado dirigida a elaborar un “mapa emocional de la ciudad de Segovia”. Este mapa recoge una imagen global e intuitiva del paisaje urbano a partir de las impresiones, de las emociones que éste produce en los jóvenes, y sirvió para entender mejor sus necesidades, detectar sus carencias y conocer sus vivencias en torno a la vida urbana. Este primer curso culminó con la publicación del mapa emocional de la ciudad de Segovia, la celebración de una exposición con el trabajo de los grupos de profesores y alumnos y la entrega, por parte de los niños, de sus conclusiones y peticiones al Alcalde en un “pleno municipal extraordinario”.

Buena parte de los niños y niñas que participaron en este pleno pasaron a formar parte del Foro Escolar Ambiental, como vía permanente de participación de la población más joven en la vida de la ciudad, a través del encuentro y diálogo con la Administración Local.

El segundo curso 99/00, se abordó el estudio de Segovia como un ecosistema: bajo el título, “Ese organismo llamado ciudad”, se trabajó para investigar la ciudad en función de los recursos naturales que utiliza, de cómo los aprovecha, de cómo trata sus desechos… de forma que se obtuvieron los datos suficientes para diagnosticar su estado de salud ambiental. A partir de un curso-taller en el CFIE, se generaron una serie de materiales dirigidos a niños y jóvenes, desde educación infantil a secundaria, con los que trabajaron para hacer el diagnóstico global de la ciudad, y que les sirvió para dar prioridad a una serie de problemas para cuya solución aportaron sus ideas felices para mejorar Segovia.

Algunos datos que dan idea de la elevada participación de la comunidad escolar segoviana en este Programa es que 2591 alumnos y alumnas aportaron su idea feliz para ayudar a la ciudad a mantener un buen estado de salud ambiental. De todas las ideas aportadas por los niños y niñas, se seleccionaron cuatro que el Ayuntamiento se comprometió a hacer realidad:

Celebración de un día sin coches.

Realización de un mercadillo para intercambiar y reutilizar objetos usados.

Habilitación como espacio de juegos de la antigua zona del Regimiento.

Habilitación de muros para pinturas de graffiti.

Las cuatro propuestas premiadas fueron, poco a poco y en distinta medida, haciéndose realidad, y aunque algunas no pasaron de un plano simbólico, otras se materializaron y fueron asumidas por la ciudad.

Como ejemplo, la zona del Regimiento que reclamaban los niños y niñas para el juego, se transformo en un espacio “multiusos” de manera que, por la mañana, servía como aparcamiento y por la tarde como cancha para practicar distintos deportes y juegos. Para guiar la imaginación del lector, el uso de este espacio por los niños estuvo precedido de una fiesta donde, de manera simbólica, se apropiaban de ese lugar que fue decorado por espectaculares graffitis. Y aunque recientemente ha sido cerrado, se trata de un cierre momentáneo ya que existe un proyecto de futuro vinculado al deporte y al juego, ya aprobado por el Ayuntamiento, que ha sido presentado por el concejal de urbanismo a aquellos niños -ahora jóvenes-que desde el Foro Escolar velaron por que se cumpliera la promesa municipal de convertirlo en un espacio para el juego.

Siguiendo con nuestro relato…, parecía llegado el momento de aplicar la investigación realizada en el conjunto de la ciudad a la mejora directa de algo más cercano, y que hay más cercano para un escolar que el lugar donde juega, se relaciona y disfruta cada día. Así, durante el curso escolar 2000/2001 se trabajó a través de la metodología de Ecoauditorías escolares, para investigar, conocer y mejorar los patios de recreo.

Hacer una ecoauditoría es trabajar desde una propuesta participada en conocer los procesos ambientales que ocurren a nuestro alrededor, detectar sus problemas y emprender, desde la participación y el compromiso de toda la comunidad escolar, acciones que permitan solucionar o paliar esos problemas.

En líneas generales, la ecoauditoría planteada consistió en:

Diagnosticar el estado ambiental del patio de recreo, tanto de su estructura como de los procesos, hábitos y relaciones que allí ocurren.

Formular propuestas de cambios y mejoras que impliquen a toda la comunidad escolar.

Pasar a la acción, emprendiendo las reformas necesarias, tanto en lo que se refiere a adecuaciones materiales como a hábitos de uso.

La elección del patio de recreo como escenario inicial de la ecoauditoría vino además motivado por la demanda de espacios de juego en el concurso de ideas felices, y dándose además la circunstancia de que son estos patios, en muchos casos, los lugares habituales de reunión por las tardes, para jugar con los amigos, aunque para ello haya que saltar la valla que los cierra. Asimismo, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León aportó medios económicos que permitieron adjudicar a los centros escolares participantes, un dinero que serviría para emprender alguna de las mejoras materiales que contemplaban en sus proyectos.

Durante el primer trimestre del curso, profesores y alumnos, con ayuda de las fichas de la carpeta “Hagamos ambiental nuestro patio”,3realizaron el diagnóstico de sus patios a través de actividades sobre residuos, infraestructuras, impactos externos, relaciones personales … Esta investigación permitió a cada centro conocer los problemas ambientales de su patio, las deficiencias, las necesidades, el comportamiento cotidiano de quienes los usan…, hasta tener una radiografía completa de este espacio y, lo que es más importante, una serie de propuestas para mejorarlo.

A continuación, las comisiones ambientales de cada centro, elaboraron el Proyecto de mejora ambiental del patio con las prioridades de actuación propuestas por los niños, proyectos que se valoraron por una comisión (formada por técnicos, niños y niñas y educadores) atendiendo a criterios educativos y de participación de la comunidad escolar, con el fin de adjudicarles distintas dotaciones económicas para su desarrollo.

A partir de este momento se emprendieron los planes de acción, con la ilusión y el esfuerzo de todos: padres y madres, profesorado y, por supuesto, los protagonistas, los niños, niñas y jóvenes de Segovia, que añadieron a los patios colores y murales, fuentes, juegos, papeleras, bancos, árboles …¡El esfuerzo de todos había logrado cambiar la cara y dar color a unos patios tristes y feos!

Algunas de las actuaciones emprendidas para la mejora ambiental de los patios de recreo de Segovia:

Diseño y realización de un “parque sobre ruedas”, usando neumáticos de desecho, pintándolos de colores y fijándolos, según el diseño realizado, con la participación del profesorado, alumnado, padres y madres.

Pintura de murales en todos los centros, con la implicación también de toda la comunidad escolar y de algunas ilustradoras.

Plantación de árboles de sombra, creación de un jardín con plantas aromáticas,instalación de jardineras con especies trepadoras y flores en patios totalmente asfaltados…

Instalación de papeleras, elementos para el juego para los más pequeños, fuentes.

Desarrollo de talleres de juegos populares: se contó con la colaboración de los padres y madres para recuperar aquellos juegos a los que jugábamos en el recreo cuando éramos pequeños, con la intención de enseñarlos a los niños y niñas y que estos dispongan de más recursos para jugar y relacionarse con los demás.

Fijación de canastas y porterías, obras de remodelación del pavimento y eliminación de bordillos, arreglo de suelos…

“De mi escuela, pero también para mi ciudad”.  Finalmente se celebró una exposición colectiva en la que cada centro presentó, en uno o dos paneles, el desarrollo de su ecoauditoría, con la intención de compartir sus planteamientos y sus logros con el resto de la ciudad.

Esta primera fase del Programa concluyó el curso escolar 2002-2003, en el que las escuelas e institutos continuaron con las ecoauditorías, algunos de ellos en relación al agua, energía y residuos del centro escolar y otros desarrollando los planes de acción previstos en su Proyecto de Mejora Ambiental del Patio.
Pero nos faltaba propiciar el encuentro de los centros participantes, de forma que cada uno comunicara a los demás el contenido de su trabajo, sus planes para hacer de la escuela un lugar ambientalmente más saludable y más participativo, donde también se daba la palabra a los niños. Así se celebra por primera vez una Jornada de intercambio de experiencias, donde los propios niños contaron lo que habían descubierto y lo que habían hecho para mejorar sus centros.

Al término del tercer año se celebró por primera vez la fiesta del día del patio, que también sirvió de encuentro para los niños de las distintas escuelas implicadas, fiesta que, a partir de entonces, se celebró durante varios años, con la colaboración de un grupo de voluntarios y voluntarias de la E.U. de Magisterio de Segovia coordinados con el Foro Escolar Ambiental.

EL FORO ESCOLAR

El Foro Escolar se organizó con la idea de consolidar en la ciudad una vía de participación de los niños y jóvenes, que permitiera hacer llegar las ideas de los niños hasta la Administración Local.

Durante este tiempo el Foro Escolar ha estado integrado por un número variable de niños y jóvenes de entre 9 a 14 años, que acuden de forma voluntaria, animados por sus profesores o por sus padres. Se ha procurado que el grupo esté formado por un número “operativo” de niños, que no ha excedido de los 26, para que fuera posible trabajar con ellos de forma satisfactoria. La entrada y la salida del grupo se ha hecho de forma abierta, en el momento que los niños han decidido hacerlo, aunque este es un aspecto a mejorar con el fin de que nadie se vea obligado a permanecer cuando ya no dispone de tiempo o ganas, o se produzcan bajas sin despedida previa.

El Foro se reúne una vez al mes, o si es necesario, con mayor frecuencia, siempre procurando que estos encuentros sean dinámicos, divertidos y que den pie a que afloren sus ideas, a que se entusiasmen con los proyectos, todo ello amenizado con una buena merienda.

Los niños y niñas del Foro Escolar aportan el punto de vista que los niños de su edad tienen sobre la ciudad, como la viven, con qué limitaciones y ventajas se encuentran. Ellos han sido los encargados de animar a la Administración Local para que se llevaran a cabo las ideas felices premiadas el segundo año, teniendo un importante papel en la consolidación del antiguo regimiento como zona de juegos: el Foro Escolar, junto con el voluntariado de magisterio y los técnicos municipales, se ocupó de que el Regimiento abriera sus puertas, invitando a todos los niños de Segovia a una gran fiesta de inauguración. El año siguiente el Foro Escolar contactó con un buen número de asociaciones que amenizaron una nueva fiesta, que venía a recordar que ese espacio lo habían conseguido los niños de Segovia para paliar la gran necesidad de lugares de juego en el centro de la ciudad.

La labor de este grupo de niños y niñas fue reconocida en 2002 con el galardón “Segovianos bien vistos”, en el apartado de Medio Ambiente, premio que cada año convoca una entidad privada de Segovia para reconocer la labor de personas y colectivos en diferentes ámbitos sociales. Este premio ayudó a difundir en la ciudad la existencia del Foro Escolar y a estimular la participación de los niños y niñas.

Actualmente el Foro se reúne en un aula cedida por el Ayuntamiento, que han bautizado como “La Dragona”, el símbolo del Programa. Seguimos trabajando para que los niños y niñas del Foro puedan expresar sus sentimientos y sus ideas en relación a la ciudad, sobre cómo esta responde o no a sus necesidades de niños; que sean portavoces de sus propias ideas es algo que no podemos perder de vista, así como que éstas las motiven temas de su interés, y que su labor no quede en un plano abstracto, sino que se concrete en acciones propias, con el apoyo de otros colectivos y del propio Ayuntamiento, acciones encaminadas a mejorar realmente la calidad de vida que la ciudad ofrece a los niños.

Y EL PROGRAMA CONTINUÓ… 2004 -2008

¿Os acordáis de cuando ibais al colegio?

“Salgo de mi casa y lo primero que me encuentro es una furgoneta de pan. Yo siempre me asomo a ver a qué huele, y huele muy bien. Eso me alegra la mañana. Después voy a buscar a mi amigo Alex y juntos nos vamos charlando. Como el camino es muy corto, no acabamos nunca la conversación.” Alfredo, 4º EP .

¿Quién no tiene recuerdos del camino que recorría para ir a la escuela? Se hacía con los ojos medio pegados a la ida y con hambre al regresar, a veces resultaba largo y otras, gracias a la charla con los amigos y a las miradas furtivas hacia ese chico o esa chica especial, se hacía muy corto y entretenido. Un beso de la madre al despedirse, ir caminando de la mano del hermano o del abuelo, la cartera marcándose en los hombros, el olor a goma y pan con chocolate para el recreo, el aroma fresco de la mañana y de pucheros humeantes al medio día… Intensos momentos de la infancia que nos acercaban a nuestro barrio y a los amigos con quienes compartíamos ruta.

El camino escolar de cualquier niño formará parte de su biografía, de esas incomparables experiencias que le ayudaron a conquistar su ciudad o pueblo y a sentirse parte de ese lugar.

Al finalizar la primera etapa quinquenal del Programa “De mi Escuela para mi Ciudad” se desarrolló una evaluación detallada con parte del profesorado participante, con el fin de que las ideas que allí surgiesen sirvieran de base para orientar el futuro del Programa. Entre las ideas aportadas, destacan:

La necesidad de abrir el programa a otros colectivos de la sociedad segoviana, de forma que su desarrollo no recaiga únicamente en las escuelas e institutos.

Realizar proyectos en la ciudad y para la ciudad, no centrarlos únicamente en el ámbito de las escuelas.

Asegurar recursos mínimos para emprender las acciones que se decidan, por ejemplo, a través de la firma de convenios de colaboración con instituciones interesadas.

Mejorar la difusión del Programa, dentro y fuera de Segovia, creando alianzas con otros programas similares en otras ciudades.
Reforzar el Foro Escolar y sus líneas de trabajo.

Y así se abrió un horizonte de cinco años más, en el que se ha trabajado con las escuelas, pero también con otros colectivos ciudadanos, dos aspectos que tienen mucho que ver en el día a día de niños y jóvenes:

Los niños, la calle y el camino escolar.

Los niños y los espacios de juego y ocio en la ciudad.

Durante los tres años primeros años de esta nueva etapa (2002 – 2005) se ha realizado un interesantísimo proyecto vinculado a la movilidad de los niños en su camino a la escuela. También ha surgido una nueva rama del laboratorio de participación: un nuevo grupo de trabajo formado por el profesorado de los distintos centros escolares implicados.

En esta nueva etapa el profesorado manifestó su deseo de participar, pero sin el esfuerzo adicional de asistir a cursos que, además, implicaran la elaboración de materiales didácticos.

A partir de esta situación se organizó otra forma de trabajo con el profesorado, que ha resultado muy satisfactoria. Se convocó una reunión inicial, donde se les plantó el proyecto a desarrollar durante el curso y algunas actividades para trabajar el tema con los niños y niñas. La coordinadora del programa presentó las experiencias de otros lugares, e invitó a personalidades y técnicos que habían desarrollado un proyecto similar para exponerlo y a intercambiar impresiones con el grupo.

Entre todos se aportaron ideas para definir los objetivos a alcanzar, así como algunas actividades interesantes, y el calendario para el desarrollo del proyecto a lo largo del curso.

Los materiales editados para trabajar durante esta segunda etapa han sido elaborados por técnicos de algunas de las instituciones implicadas y la asistencia técnica del Programa, teniendo en cuenta otras experiencias y las aportaciones realizadas desde los diferentes grupos de trabajo existentes en el programa.

Y así, con la movilidad infantil centrada en el camino escolar, y “A jugar la calle” como temas a trabajar con los niños y niñas, se han ido desarrollando las actividades elegidas para alcanzar los objetivos anuales propuestos, realizando una reunión más o menos mensual con el profesorado para hacer un seguimiento conjunto de lo realizado en cada centro, intercambiar experiencias y enriquecer así el trabajo de todos y el proyecto común. 1.jpg

Con la implicación de 12 centros escolares de infantil y primaria, la colaboración de las familias a través de un tercer grupo de trabajo, y una importante dedicación por parte de la Policía Local, se ha revisado con los niños su ruta a la escuela, sus impresiones, sensaciones, las situaciones de riesgo, la actitud de todos en este significativo trayecto, y se ha plasmado esta realidad que por evidente pasaba desapercibida en diversos soportes, siempre basados en la palabra y las imágenes que los niños han querido destacar. Se ha puesto en evidencia la necesaria colaboración de todos para que los caminos escolares sean rutas seguras y agradables, que inviten a caminar y disfrutar de una ciudad hermosa y solidaria.

5.jpg Los niños se han expresado a través de narraciones, dibujos, poesías…que se han recogido en forma de una publicación, Pies para qué os quiero, postales, un calendario, pegatinas para los coches, y un precioso y contundente cartel que muestra a la entrada de cada colegio lo que los niños piden a la ciudad para mejorar y cuidar su camino escolar.Y como ejemplo, esto es lo que los niños del colegio San José Obrero dicen en su cartel:

Los niños y niñas del colegio san José Obrero hemos investigado durante tres años nuestro camino escolar -las calles por las que llegamos al cole desde nuestras casas­…Y hemos hecho algunas propuestas para que sean cada vez más seguras y agradables. ¡Léelas, seguro que puedes colaborar!
Por favor, si usas el coche o la moto en la ciudad, conduce con precaución y respeta a quienes caminamos.

Cede el paso en el paso de peatones y respeta a los ciclistas.
Os pedimos a todos que os esforcéis un poquito, usando las papeleras y manteniendo las calles en buen estado. Nosotros también nos comprometemos a no ensuciar y a no hacer ruidos molestos.

Pedimos a nuestros padres que nos vayan dejando poco a poco ir solos al colegio; así aprenderemos a poner atención, a fijarnos y protegernos de los peligros y a compartir el camino con nuestros amigos.

O la experiencia de otro niño, alumno de primaria:

El microondas al 6…

“Unos días me lleva papá y otros mi mamá. Y cómo se olvida el bolso y las llaves llegamos tarde. Otros días llego tarde por culpa del microondas, porque mi padre pone la leche en el 6 y yo me la tomo en el 5. Otros días llego tarde porque vengo cansado, me quedo dormido en el coche y llego siempre retrasado. Otros días llego tarde por culpa de aparcar, porque no encontramos sitio y el coche nos lo tenemos que llevar. Y otros días llego tarde porque hay atasco y los coches no nos dejan pasar.”

Estas reflexiones son el resultado de la actividad sobre el camino escolar en Segovia; están escritas por un niño de siete años y nos dicen mucho sobre la velocidad, el vértigo con que estamos conduciendo -y nunca mejor dicho-la vida de nuestros niños y niñas, sobre sus prisas -que son nuestras prisas – y también sobre lo cotidiano de una ciudad, con sus coches, sus atascos, su falta de aparcamientos…

Se han compartido también las experiencias en jornadas en las que los niños tenían la palabra y cada año, el 7 de junio, cientos de niños y niñas, acompañados por su profesorado, padres y madres, voluntariado de la escuela de magisterio, técnicos de las distintas instituciones, han recorrido andando su camino a la escuela, acompañados de pancartas y coreando sus lemas para pedir “Calles para caminar, calles para jugar, calles para todos”. Incluso se ha hecho una canción “Ven a mi ciudad”, compuesta por alumnas de la escuela de magisterio, que todos los niños saben y cantan con convicción y energía durante esta emotiva jornada
(ver imágenes).

Durante el curso 2005-6, se trabajó la calle como espacio de juego y encuentro para niños y jóvenes. En los colegios, el profesorado de educación física, con el estímulo de un taller de juegos previo y una pequeña publicación, dedicó un buen tiempo de sus clases a jugar, a investigar sobre juegos tradicionales, a que los niños escribieran sobre sus preferencias en torno al juego y sobre las posibilidades que Segovia les ofrece para poder jugar.

Los niños jugaron, escribieron y dibujaron. Y un buen día, todos salimos a la calle a jugar, llenando plazas y aceras con los juegos elegidos por los niños, reclamando esas “calles para caminar, calles para jugar, calles para todos”. Elevaron su voz para que el Alcalde y los técnicos municipales no olviden en el diseño de nuevas áreas y en el rediseño de lo ya usado, que los niños necesitan espacios de juego y encuentro, donde el juego no sea una molestia para los adultos, sino un motivo de alegría y un símbolo de una ciudad saludable y buena para todos.

Durante el presente curso 2006-2007 y con el lema“pon una pincelada de arte en tu ciudad”, chicos y chicas de cuatro institutos de Segovia, dirigidos por el profesorado de educación plástica y visual, dieron vida a una instalación temporal en la calle con un doble objetivo: recrear un espacio bello en un espacio significativo de la ciudad, pero carente de encanto, y que la instalación resultante sirviera además para que los niños y niñas más pequeños acudieran a jugar(ver imágenes).

Así, los jóvenes idearon y construyeron juegos fantásticos en un espacio que llenaron de flores, árboles, animales, colores… Ellos mismos recibieron durante la mañana del 5 de junio a grupos de niños que llevaron una aportación para la instalación y, sobre todo, muchas ganas de jugar.

Y hecho el diagnóstico, compartido con todos aquellos que tienen algo que hacer para cuidar del camino escolar, ahora, después de cuatro años del inicio del proyecto, ha llegado el momento de sacar a la luz los posibles logros, y también las pequeñas o grandes frustraciones que siempre acompañan a cualquier revolución, por modesta que sea. Los niños nos contarán su impresión de las consecuencias que su trabajo han podido tener, tanto en el diseño y remodelación de las calles que rodean a su colegio, como en la actitud de quienes conviven en ellas…dentro de poco nos lo contarán.

PARA TERMINAR segovia1.jpg

Implicarse en un Programa como “De mi Escuela para mi Ciudad” requiere esfuerzo y atención, una gran dosis de ilusión y la confianza en que entre todos, y sobre todo escuchando lo que los niños tienen que decir con total seriedad, podemos mejorar nuestro entorno, nuestro barrio, nuestra ciudad, para que sea un espacio respetuoso y amable con quienes la habitan.

Merche Rubio Noheda, GEA, Gestión y Estudios Ambientales S. Coop. Ltda. Julio Majadas Andray, GEA, Gestión y Estudios Ambientales S. Coop. Ltda. Felipe Arroyo Rueda, Ingeniero Técnico en el Ayuntamiento de Segovia.

  1. Con palabras de Tonucci: “…Se trata de poner al niño como destinatario final de la ciudad que se gestiona y proyecta, en convertirle en ese ciudadano medio en el que se piensa cuando se toman decisiones sobre la configuración urbana. Se trata de una labor educativa para niños y administradores locales, en la que se establezca un diálogo creativo entre ambos que dé unos frutos palpables en la ciudad.
  2. María Sintes: De mi escuela para mi ciudad. 1997….
  3. Este material fue desarrollado en gran medida por el profesorado a través de un curso taller organizado en el CFIE de Segovia.