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14 mayo 2015> ¿Nos parecen un juego las elecciones? Lo público se la juega

Un titular que ha pasado inadvertido:

La Vanguardia economía

La CEOE apuesta por privatizar la Sanidad y la Educación

El presidente de la patronal, Juan Rosell, afirma que si ambos sectores “estuviesen gestionadas por empresarios, podríamos sacar mucho más rendimiento”

No es de extrañar que desde la cúpula empresarial quieran privatizaciones.gifhacer negocio hasta con el aire que respiramos (mejor no dar ideas).

Se acude, además, a un tópico, el de que la gestión privada es más eficiente y más barata. Primero, como si eso fuera una verdad incontestable ¿de dónde salen los beneficios?

Segundo como si la llamada eficacia, el sacar rendimiento en actividad de servicio público que supone dos derechos universales, fuera algo que puede medirse como las piezas que se producen para un coche. ¿Qué rendimiento quiere sacar el señor Rosell de la Sanidad y la Educación?. Claramente el que se meta en el bolsillo el empresario: ¿cuántas personas enfermas se quedarían sin el número de pruebas necesarias para detectar su enfermedad? ¿Cuales serían las consecuencias? ¿”el pobre al hoyo y el rico al bollo”? ¿Cuántas compañías de seguros rechazaría a una personas que fuera “cliente potencial” porque se pone enferma demasiadas veces? ¿Cuanto alumnado sería rechazado de esos centros “eficientes” porque no da prestigio o rendimiento el centro, porque supone “mucho gasto”?

Seguro que para todo eso el señor Rosell si conservaría un servicio público subsidiario. Mientras, ese empresario eficiente” sacando mayor rendimiento” a su empresa de “derecho universal” y si no, pues se pide subvención o se concierta y se lo pagamos entre todo el mundo.

No es de extrañar que el presidente piense algo así. Lo habrá pensado desde hace mucho. El problema es que lo diga con ese descaro.

El problema es que nadie le haya contestado, ni nos hayamos escandalizado, como si fuera una música que ya suena “normal”.

El problema es que lo diga cuando hay elecciones y suene como un llamamiento a “partidos amigos” viejos o nuevos.

El problema es que el caldo de cultivo ya está echado y no hay más que seguir.

Algunos ejemplos en Educación: cesión de terreno público a empresas para que instalen sus centros, creación de fundaciones, como la de Botín, que puedan generar personal que entre en los centros, creación de puestos de “becarios” para esa futura pública-subsidiaria, cesión de servicios de centros educativos a empresas muchas veces sin arraigo en la zona (calefacción, electricidad, comedores, actividades…), adjudicación de conciertos por demanda como pedían las patronales de la Educación no Universitaria, recortes fundamentales en la Escuela Pública introducción de la empresa privada en universidad, acorte del periodo reglado en la universidad para alargar el periodo de mayor “pago” de los máster, aprobación de innumerables universidades privadas a pesar de la situación de crisis, etc.

Tampoco en Sanidad se han quedado atrás: privatización de hospitales, cesión de servicios a empresas privadas, encargo de construcción de hospitales a cambio de largos beneficios, potenciación de hospitales privados, recortes y dilación en la pùblica para ceder actuaciones a la privada, etc

No partimos de cero. Lo sabe el Señor Rosell.

El resto debiéramos saberlo: quizá en estas elecciones nos juguemos el destino de gran parte de lo público. No es un juego