Desde el colectivo Conspiración Educativa.

Libros: Mi primer libro de economía, ahorro e inversión. Mi primer viaje al mundo de la empresa y los emprendedores. Mis primeras elecciones: sector público y sistemas de gobierno.

Autoría: Fundación María Jesús Soto.

Lo que hay en el texto y el prólogo

Abrimos cualquiera de estos tres libros y nos encontramos con el prólogo del autocalificado como Excelentísimo Sr. Don Fernando Rey Martínez, el Consejero de Educación de nuestra región. Allí habla de la generosidad y lucidez de Mª Jesús Soto y de la profunda deuda de gratitud que le suscita su obra y su intención de instruir “tan pronto” a nuestros escolares en economía y finanzas.

La lucidez de Mª Jesús Soto es evidente. La fundación que lleva su nombre, sustentada por bancos privados, gestoras, fondos de inversión y grupos de servicios financieros, ha elaborado tres libros que están llegando a todos los colegios de Castilla y León. En ellos, lejos de tratar a niños y niñas con una perspectiva de ciudadanía basada en el desarrollo del pensamiento crítico, difunde, en un lenguaje didáctico propio del siglo pasado, un programa de adoctrinamiento neoliberal. La perspectiva es siempre la del individualismo, el beneficio y la competitividad. El pensamiento crítico, el interés por lo común, el reconocimiento de derechos y de obligaciones de los poderes públicos, la solidaridad y la empatía, no aparecen en los textos.

La estrategia didáctica de Mª Jesús Soto es sencilla: apelaciones a valores como el esfuerzo, a la honradez, a los supervisores que nos protegen e “insisten siempre en que los inversores deben formarse cada día más y contratar productos que no conozcan” e ilustraciones con un punto notable de sexismo. Mientras, se van repasando uno a uno los elementos de la economía financiera y especulativa, tratando al alumnado como consumidor, como inversor o como futuro empresario o especulador financiero, sin considerar su faceta de ciudadano o ciudadana y sin que la economía del bien común tenga cabida en sus páginas.

Un par de ejemplos o tres pueden ilustrar este calificativo –es, más bien, una descripción- de adoctrinamiento. La propaganda capitalista de estos libros opera, fundamentalmente, por ocultación: nada se dice, en esa loa a los supervisores, por ejemplo del triste papel –por utilizar un adjetivo suave- de la CNMV y del Banco de España en la información facilitada para la emisión de acciones de Bankia o el papelón del último en la ratonera que las preferentes han supuesto para decenas de miles de personas.

También se invita, con alegría, a comprar títulos o activos en materias primas como el trigo o el algodón porque “si la producción de trigo es escasa, como es una materia prima muy necesaria, la gente la seguirá comprando cueste lo que cueste. Consecuencia: su precio sube”. Nada se dice de que la especulación financiera sobe las materias primas es una de las estructuras del crimen universal que causa centenares de miles de muertos por el hambre, como explica el exrelator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, el sociólogo Jean Ziegler. Quien oculta esto, se hace cómplice de ese crimen.

También se dedica espacio a las pensiones, más concretamente a los planes de pensiones, es decir, sólo son tratados como producto financiero. Frente al producto no se dice en ningún momento que las pensiones son un derecho ciudadano y una obligación constitucional de los poderes públicos, recogida en el artículo 50 de la Constitución.

Podríamos seguir con otros ejemplos claros de ocultamiento y también de manipulación, como la definición que se da del centro político (“Las ideologías políticas de centro buscan un equilibrio entre la izquierda y la derecha”, una criatura que lea esto, sin más, va a tener serios problemas para rechazar al deseado término medio), pero la demostración más palpable de lo que decimos son los logos de las empresas del capitalismos financiero que adornan las páginas previas de estos libros.

La formación económica de nuestros niños y niñas no puede quedar en manos de quienes están interesados por su dinero y sólo hablan de él y no de solidaridad y de compromisos sociales, de quienes esconden las consecuencias humanas que trae la especulación y el capitalismo de casino. Es como si la organización del gallinero quedara en manos de la zorra y en el prólogo del manual que esta última elaborara, el consejero de turno se admirara de su generosidad.