Crónica de la intervención de Lola Eiffel en el Foro de experiencias 16 XI 2019.
En su intervención habló de la importancia de la danza en la educación
Por esta razón la danza cree que es un medio de comunicación que debería estar instaurado en la escuela. Constituye un trío perfecto junto con las emociones y la educación.
Narró igualmente la experiencia llevada a cabo con 300 alumnos y alumnas pertenecientes a 17 centros de primaria y secundaria de toda Castilla y León en el curso 2018-2019.
Su historia y la importancia en sus propuestas
Comenzó Lola Eiffel diciendo que ese nombre es artístico (https://www.facebook.com/LolaEiffelChoregrapher ) y que su nombre real es Mar Espinilla. También contó parte de su historia personal porque servía para entender lo que ahora proponía hacer en los centros educativos.
De abuelos refugiados, vivió en Francia. Allí la danza y la música estaban presente en cualquier actividad educativa. Como coser, cocinar, o recoger todo lo manchado sin distinción de género. Corría el año 1976.
Nada que ver con lo que encontró en la escuela en España al incorporarse a primero de EGB donde la mandaban rezar. Venia de un país laico donde todas las religiones son importantes y ninguna más que otra.
Así que no termino el curso en la asignatura de religión y durante dos años consecutivos fue la única niña de colegio que estudiaba “ética”. Por decir algo porque la asignatura transcurría en los pasillos del centro, porque no tenía profesor atribuido para esa materia.
Con 8 años empieza con la gimnasia rítmica y ese universo era lo que la acercaba más a esos momentos creativos y libres vividos en Nay Bourdette (Francia).
Ahora, aun no siendo maestra, Lola propone incluir el mundo de la danza en las clases, para desarrollar, por ejemplo, las emociones. A su experiencia en el país vecino se remite.
De nuevo su vida vuelve a encontrarse con Francia, donde permanece 11 años. París esta vez. Ya como profesional, obtiene una plaza llamada allí de “funcionaria artística”. Esta figura supone la colaboración, decía Lola, en proyectos conjuntos, con profesorado de los centros y con otros especialistas de otras áreas artísticas (música, artes escénicas, artes plásticas…). Se denominaban proyectos de integración a la cultura.
Este trabajo lo desarrollo durante 8 años en varios centros de primaria y secundaria, aunque compañerxs suyxs trabajaban desde infantil. Se elegía un tema con la dirección y profesores del centro y se desarrollaba en coordinación con los demás funcionarios artísticos de las demás materias (teatro, danza, música y artes plásticas). Ejemplos: pintores, estaciones de metro, juegos olímpicos, personajes ilustres del siglo XX…
El objetivo final era haber trabajado y creado el concepto o el tema elegido entre todxs pero sobre todo entre lxs alumnxs. La música, los decorados, las coreografías, los textos se exponían en un teatro para un público. Se sentían artistas por un día y era realmente maravilloso ver sus caras de felicidad en esos aplausos finales o cuando veían sus nombres en los camerinos. La sensibilidad de esos niños adoptaba otra dimensión después de aquellos procesos creativos y de aquella exposición final.
El proyecto en España. Un proyecto con 300 alumnxs
Desde que llegó, hace cinco años a España, decía Lola, buscaba hacer algo parecido. El cuarto curso (en 2018-2019) lo pudo llevar a cabo.
Agradece su apoyo a dos profesoras Eva González Lombo y Begoña Samaniego Alonso, miembros de la asociación Promúsica y red de Coros de Castilla y León, que creyeron y pusieron su confianza en ella en todo momento.
La propuesta fue: realizar una performance masiva sobre lxs refugiadxs con alumnos y alumnas (fueron 300 de distintas edades) de institutos y colegios de Castilla y León. Una manera de concienciar sobre lo que acontece en el mundo desde las aulas, de una manera lúdica , en busca de las emociones a través de la danza y una historia que fácilmente podía haber sido real si fueran estudiantes de Siria o de cualquier otro lugar donde la paz no existe.
Se estrenó el Día Internacional de la Danza en
la Plaza Mayor de Valladolid – 29 de abril de 2019. En el marco de la
celebración de un día tan señalado, promovido por el Ayuntamiento Va de Danza,
Prodanza y Promusica.
( https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/danza-escolar-refugiados-20190429204644-nt.html )
Se planteó la actividad como algo formativo para profesorado y alumnado, a través del CFIE.
Se comenzó el proceso impartiendo un taller a lxs profesorxs que servirían de puente a Lola para continuar el trabajo después de que ella en dos horas ensenara a lxs niñxs o adolescentes la performance, tal y como hizo con ellxs.
No fue fácil romper con los prejuicios de algunxs de lxs profesorxs , aunque por general todxs participaron con entusiasmo pero Lola nos remarcó en su exposición que sintió que no solo los padres protegen a lxs ninxs ahora, también desde la educación hay un sobreprotección que desde su punto de vista no es buena. Fue algo que la sorprendió realmente al intercambiar impresiones algunxs de lxs profesorxs asistentes al taller. Cree que hacemos vivir a lxs alumnxs en un mundo irreal, donde la frustración, el miedo, o el no saber que pasa no creo que les beneficie en absoluto. Pero remarcaba que era su punto de vista.
Imágenes utilizadas por Lola Eiffel en el proceso formativo y de sensibilización con el alumnado.
El paso siguiente era encontrarse con el alumnado en cada centro educativo. Para empezar, Lola nos contó que la parecía increíble encontrarse a un número amplio de peques de 14 o 15 años que hoy día no tienen ni idea de lo que supone ser un refugiado, ni ven los “telediarios”, ni saben en su mayoría qué conflicto bélico desgarrador hubo en España, ni cuánto tiempo existió aquí un dictador, ni lo que supuso en nuestro país y en su gente en contraste con el desarrollo de otros países de Europa, por ejemplo.
El paso siguiente era utilizar sus armas, los visuales: fotos, videos, una manera rápida de “hacerles sentir”. Viendo imágenes de niños y niñas en distintas guerras sus caras cambiaban y sus expresiones también. Comentaban entre ellxs lo que estaban viendo porque Lola les decía: puedes ser tú con tu hermano, puede ser tu madre, tu padre con tu primo….
Una sensibilización haciéndoles ver la realidad que sufren personas de su misma edad en otro lado del mundo y que no tienen la misma suerte que ellxs.
En algún caso se comentó por parte de algún/a docente, decía Lola que no eran imágenes para enseñar a esas edades. No estaba de acuerdo, probablemente al niño o la niña, en las familias, se le tiene protegido en exceso y le ocultamos el mundo, “no todo es happy flower”.
La educación no puede sumarse a este ocultamiento. En muchos casos no hace falta “nombrar” términos que todavía no usan, por ejemplo violación (aunque pueden oírla en cualquier telediario), pero con un gesto pueden entender la agresión que supone y sentirla. En cualquier caso Lola defendía que debe decirse la verdad y llamar a las cosas y a los hechos por su nombre.
En el proceso con el alumnado narró Lola algunos casos de vivencias sufridas por este que salieron a la luz. Como aquel niño filipino que vivió la muerte muy cerca de la gente que le rodeaba hasta ser adoptado por una familia española. Fue un caso conmovedor porque paso de no querer hablar a contar en su clase, su experiencia. También la de ese otro alumno en Francia (y su familia) que rechazaba bailar porque el baile no lo consideraban apropiado para el género masculino y ahora ese niño estudia danza.
Era un trabajo arriesgado porque los profesorxs de cada centro educativo tendrían que trabajar solos después de mi exposición en cada centro y el resultado final era una gran aventura que ninguno sabía si el resultado sería el buscado.
El gran día llego y nos encontramos todxs en la Cúpula del Milenio. Lo recordara como una de los momentos más bonitos y emotivos de su vida. 300 niños y niñas a la par dándolo todo en ese ensayo general antes del estreno en la plaza Mayor. No pudieron contener las lágrimas, profesorxs y alumnxs , ojos encharcados de emoción. Aquello pareció una verdadera guerra y ellxs unxs actores y actrices excelentes metidos en el papel de millones de refugiadxs.
Después de vivir un proceso así yo creo que sus vidas serán muy diferentes. Es este un trabajo de sensibilización, una confrontación con la realidad pura y dura. Con trabajos así a través de la danza se trata de que vean con otra mirada lo que pasa cuando ven imágenes, el telediario u oyen acontecimientos terribles que ocurren. Es una manera de incitar a la inquietud, al sentimiento, a la inquietud por leer por saber de los conflictos.
Necesitamos procesos educativos así. Esto es lo que nos puede dar esperanza en la Humanidad. Y tanto que decir y tanto que trabajar con ellxs.
Este trabajo, espero que les haya servido para despertar su sensibilidad y compromiso con el mundo que los rodea y el que se esta creando. Porque en definitiva ellxs vivirán más tiempo en él que nosotrxs.
