Por un sistema basado en la diversidad cultural (A raíz del debate en el Encuentro de Verano 2019)

Concejo Educativo de Castilla y León recoge en este artículo el debate del Encuentro de Verano de Castilla y León de 29 de junio de 2019.

Convocatoria Encuentro de verano de Castilla y León 2019

(Ver artículo del Ecuentro de Verano de Castilla y León 2019)

Las aulas de nuestros centros se han ido complejizando y enriqueciendo. A una mayor asistencia de personas gitanas se unió la llegada de personas migrantes  de forma que hoy podemos hablar ya de  nuevas generaciones nacidas o crecidas aquí y, en el caso de la etnia gitana, de  un alumnado con una amplia  trayectoria de escolarización.

Atender hoy en día a la diversidad cultural  que puebla nuestras aulas es un reto importante.  Tenerlo presente y caminar aunque se cometan errores es más importante que llegar a tener centros gueto como los que ahora se siguen formando. Esta guetización es una realidad  que está propiciada por decisiones de política educativa  y que tiene que ver con la segregación o la privatización.

Participante del Encuentro de Verano de Castilla y León 2019 celebrado en la Casa de la India de Valladolid

Queremos con  este artículo mostrar  algunas pautas surgidas en el debate entre  las personas presentes en el Encuentro de Verano de Concejo Educativo de Castilla y León  y están dirigidas a la mejora del funcionamiento en los centros. Probablemente ninguna de ellas nos suene a novedad. Nuestra intención al recogerlas es sensibilizar sobre el tema, y mostrar la dimensión e importancia que trabajar en algo así puede tener. Nos parece que este documento sería útil si sirviera para que un debate así cobrara la suficiente fuerza.

Partimos de una dimensión de lo cultural no anclada ni estática, que evoluciona, que no es monolítica sino que dentro de la misma existen  variedad  de  posturas  y tensiones , tanto intergeneracionales a  veces, como  de corrientes de pensamiento  que va desde lo más conservador a lo más progresista, por ejemplo. Precisamente esas diferencias y conflictos es lo que permite evolucionar  a cada cultura y al mundo en general. Es necesario reconceptualizar la diversidad cultural en el sentido  de que no se trata de compartimentos estancos presentes en la sociedad y las aulas sino visiones del mundo  diferentes en evolución y constante cambio,  con sus contradicciones que conviven  y se entrecruzan en la sociedad. Esto nos obliga, pues, a que sea cada persona a la que tengamos que atender con sus peculiaridades, seguramente diferentes a otras.

Desde esta perspectiva, apuntamos algunas de las dimensiones a contemplar en un sistema respetuoso con la diversidad cultural:

1.- Sobre el Currículo

Un currículo (tanto de centro , como de cada área y en todas las etapas) que quiera tener en cuenta la diversidad cultural, cuando llega a su plasmación en la práctica , debería:

  • Desarrollar una relación del currículo con la realidad social
  • Aportar siempre distintas visiones sobre el contenido que se da
  • Establecer retos conjuntos que involucren distintas visiones del mundo para provocar el que se actúe y se avance colectivamente.
  • Comparar y contrastar culturas (no “hacer competir”) para ayudar a cambiar. Se tiende muchas veces a despreciar las culturas que no son propias, especialmente si son desconocidas  y es necesario promover el conocimiento mutuo para evitarlo. Esto no significa que no se pueda criticar ciertos elementos o aspectos culturales de todas ellas.
  • Hacer reconocer la propia cultura en todo el alumnado, saber que, aunque sea la mayoritaria todxs formamos parte de una y que, por tanto, tiene elementos comparables con otras. Por ejemplo deben conocerse y reconocerse las tradiciones culturales, artísticas etc. y situarlas en nuestro tiempo, hacerlas evolucionar.
  • Incluir los cambios en las culturas y las divergencias en ellas, no entenderlas como algo estático y monolítico. Explicitar y reconocer los conflictos en cada una como un proceso de evolución que hace que las culturas sigan vivas.

En el trabajo con diversidad cultural la inclusión de las artes de todo tipo, otras formas de expresión y de comunicación, el movimiento, lo manual,…se puede convertir en una potente herramienta que puede unir todo y a todxs. En este ámbito habría que trabajar las diferencias y estereotipos sexistas que persisten  con respecto a la expresión y utilización del cuerpo en campos como, por ejemplo, la danza.

2.- Sobre la adaptación del sistema a las personas

Señalamos, entre otras muchas, tres características generales que debiera tener un sistema educativo para dar cabida a la diversidad cultural existente

  • La inclusión debe entenderse como una línea de trabajo para todxs, un “camino amplio” en el que quepa todo el mundo “y no solo un trabajo para quien pueda sufrir exclusión. Todo el mundo tiene problemas de algún tipo. Así deben entenderse los recursos. Por ejemplo ,el Departamento de Orientación debiera ser un departamento al servicio de todo el alumnado y la comunidad y no solo para quien “necesita ayuda”
  • Hay que entender que se trabaja con personas con sus características propias más que con “bloque de población” porque dentro de cada colectivo cada persona es un mundo. Es fundamental evitar así las generalizaciones nefastas.
  • Es necesario promover el acercamiento con el alumnado en cualquier tema que trabajemos. Si se profundiza, cualquier tema sirve para desarrollar la sensibilidad tanto en el alumnado como con y entre  el profesorado. Es importante iniciar el curso reflexionando y conociendo “cómo te sientes” , no solo en el caso del alumnado si no también entre el profesorado.

3.- Sobre la convivencia

Creemos importante reconceptualizar lo que es la convivencia en el aula, para acercarse más a un aula diversa, para hacer de ella un lugar de respeto real y alejarla del objetivo “curativo” de simplemente “calmar” conflictos.

Debería incluirse, además, en esa reconceptualización la convivencia entre profesorado .

La actividad y recursos a utilizar irían en función del nuevo análisis. En los centros, y especialmente para quienes se hagan responsables de la convivencia, debería  marcarse un proceso formativo sobre la complejidad de las aulas hoy

4.- Sobre los recursos

Libros de texto

Como primera medida para acercarse a las diversas culturas del grupo de clase, deberían dejarse a un lado los libros de texto individualizados y estandarizados como recurso prioritario, que choca con las características marcadas para el currículo. El profesorado debe asumir su propia programación que deberá estar atravesada por los intereses del alumnado diverso en la forma anteriormente señalada.

Tipo de recursos

 Una mayor complejidad del aula y del centro necesita más recursos. Dichos recursos no deberían ir destinados a sectores concretos de población o a quien se supone que está en  riesgo de exclusión.  Deberían ser recursos generales que permitan al centro crear un marco en el que nadie quede excluido, sin necesidad de etiquetas. Quizá sea mucha más útil, por ejemplo, disponer de dos docentes en el aula con un tiempo posible de preparación que un profesor/a y una persona de apoyo que se encarga de determinando alumnado dentro  o incluso fuera  del aula.

El tiempo como recurso

Entre los recursos  estarían aquellos que puedan permitir al profesorado hablar, estar, compartir, convivir, proyectar. Entre él y con el alumnado y la comunidad educativa. Quizá sea importante, por ejemplo, retomar la idea de claustros pedagógicos

5.- Sobre las familias y la Comunidad Educativa

Resulta muy importante trabajar y desarrollar la conciencia colectiva, entre profesorado, alumnado y en general en toda la Comunidad Educativa, incluidos los rituales que ayuden a pensar en algo común.

 La inclusión es algo que debe tenerse en cuenta en toda actividad del centro, no solo en el aula y no solo con el alumnado.

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Hacer y no solo pensar

Existirían bastante más aspectos  a tener en cuenta para llegar, al fin y al cabo, a un sistema educativo que propicie la igualdad de carácter universal en el que cabría la diversidad cultural.

Entre otras muchas condiciones, queremos señalar la necesidad de dignificar la figura del/a “maestrx”. Esto conlleva el ser una “autoridad” en el buen sentido de la palabra y para ello, en el caso de la diversidad (como ocurriría en otros campos) debe vivirla, sentirla,  conocerla desde dentro.

En todo caso no nos podemos parar en simples reflexiones sino pensar en qué hacemos  en centros y aulas para propiciar una realidad educativa distinta   desde “cada 1 de septiembre”, desde que empieza el curso