Curriculum LOMLOE ¿Qué hacer ? Algunas propuestas

Lo que aquí se recoge es el resultado del debate habido en el Encuentro abierto que Concejo Educativo de CyL organizó el pasado día 19 de noviembre de 2022, para acercarse a la situación creada en el inicio de este curso académico con el inicio de la aplicación del curriculum de esta ley.

Otras referencias del Encuentro

Sábado 19 noviembre: la LOMLOE más allá de la terminología

Concretando algunos términos LOMLOE en la práctica.

La LOMLOE, tiene defectos y virtudes, pero sí supone una ley que supera a la anterior en la búsqueda de una formación ciudadana más democrática, global y universal. Su contenido no debe confundirse con la forma de aplicación en la que han participado administraciones como la de CyL contrarias a la misma y que por tanto busca desprestigiarla en su totalidad. No puede entenderse de otra manera cuando la burocracia que se pide pasa de ser un instrumento para una educación diferente a un fin en si mismo. También hay que advertir de la actitud de parte del profesorado habituado a una enseñanza clasista y académica y que le cuesta abrirse a otras formas de trabajo, sin analizar la conveniencia o no. Seguramente la falta de un trabajo de formación de profesorado hasta ahora en que no se ha potenciado el trabajo autónomo y la iniciativa del mismo haga recurri a instrumentos que vayan dictando la forma de llevar a cabo la labor en el aula, como es el libro de texto.

Ante una situación así creemos que es importante marcar una pauta de acción- actuación que preserve los valores positivos que pueda tener la LOMLOE y que puedan coincidir con propuestas que, desde hace tiempo, vienen haciendo los Movimientos de Renovación Pedagógica.

Un glosario de medidas no ordenadas:

1. Potenciar la labor colectiva

En los centros es fundamental un planteamiento colectivo. Tras la interpretación que la Junta de CyL hace de la ley no queda apenas cultura del trabajo colectivo.

Una labor importante para avanzar de forma colectiva sería avanzar en que los planes de formación tanto para profesorado como para equipos directivos en esta dirección, incidieran en esta dimensión.

Otra forma de avanzar hacia el intercambio entre centro y el trabajo colectivo es retomar de forma “seria” propuestas que en algún tiempo ya se llevaban a cabo, como la relación de centros públicos de 1ª y 2ª (por ejemplo con la relación 6ºPrimaria-1º ESO ) y que marcarían itinerarios naturales para el alumnado.

2.-La autonomía de centro desde planteamientos de base:

El concepto de autonomía que parecía abrirse con la LOMLOE parece es positivo. La interpretación negativa de la Junta de CyL la ha anulado o disminuido en gran medida y, además, no existe ningún plan para que esta sea efectiva (recursos por zonas, formación específica para poner en marcha proyectos de centro, regulación posible de los recursos en función de ellos, itinerarios de centros públicos, etc.).

Parece necesario trabajar para avanzar en esta perspectiva desde los mismos centros y sin esperar a que exista una política general que la favorezca.

3.– Núcleos de acción/reflexión en los centros

Una vía de hacerlo es aunar los dos puntos anteriores: autonomía desde lo colectivo.

En este sentido parece importante establecer/formar núcleos de acción-reflexión en los centros (profesorado, comunidad educativa, alumnado…) que den pasos en pos de una autonomía real de estos: deberemos entenderla como meta y definir procesos que pueden partir desde trabajos modestos, entre pocas materias, tutorías, convivencia, “jornada de…” etc. entendiendo que son etapas en las que, en lo posible, debiera pasar por plantear equipos directivos integrados/vinculados a esos colectivos y alternativas para lanzar logros mayores a partir de ahí. Para avanzar en metas de mayor calado parece importante que se tenga esa perspectiva aunque el inicio sea muy sencillo.

Desde esos núcleos se podrían establecer o trabajar finalidades como:

– Combatir la desesperación o la inacción o la falta de seguridad de parte del profesorado sirviendo de modelo de desarrollo en la práctica de propuestas concretas diferentes. En muchas ocasiones tener modelos que “resuelven” ayuda a que haya profesorado y familias que se sumen a las propuestas de cambio.

– Aprovechar las grietas de la institución para ir introduciendo propuestas de cambio sin necesidad de esperar a una transformación completa.

– Buscar momentos para una reflexión conjunta más organizada, como el mes de septiembre, especialmente en Secundaria, coincidencias horarias posibles, etc.

– Hacer peticiones de plantilla, recursos, etc. justificados en propuestas concretas que se están lanzando.

– Contar con la comunidad educativa y estudiantes como forma de introducir visiones y perspectivas diferentes que hagan las propuestas más reales y fuertes.

– Crear planes de buen acogimiento del alumnado como algo positivo.

4. Tiempo de reflexión

Estamos asistiendo en Castilla y León a un proceso de puesta en marcha, de una parte de la LOMLOE, muy confuso, que está produciendo un importante grado de estrés en el profesorado. Se da a la confección de tablas de programación la importancia de ser una finalidad y no una herramienta, siendo mas grave cuando se trata de una evaluación que deberá ser diferente, se organiza mediante procesos de “ayuda” llenos de “plasma” donde se dan instrucciones generales y nada más. No hay un proceso de debate y acercamiento a los centros.

Existe también una presión social en elementos como el examen de la EBAU. Que este tenga una perspectiva competencial puede ayuda a que el profesorado deba cambiar su modelo de evaluación, al menos en bachillerato (con el reflejo que pueda tener en otras etapas).

Tal vez debiera plantearse un aplazamiento de la entrega de programaciones y evaluaciones de la nueva ley más allá de la fecha de diciembre siempre que se vea compensada por un proceso de reflexión colectiva. Permitir que la ley puede ser entendida y aplicada en los centros de forma más creativa, propia y entendida y asumida por el profesorado( “para-piensa-crea”) . Se trataría de un periodo guiado de reflexión en el que, partiendo de las propias disciplinas, se llegara a planteamientos de actividad conjunta de más o menos intensidad según las misma historia del centro. Este sería un proceso de aprendizaje necesario al que el profesorado no debería/podría oponerse.