Convivencia, mediación educativa y educación social en el contexto de educación secundaria obligatoria

Artículo sobre el plan de mediación que se desarrolla en el IES Zorrilla de Valladolid. También están recogidos en este sitio WEB: el servicio de mediación (SEMIZ) y el plan de actuación existente.


Expresar la realidad por escrito es un desafío donde nos encontramos con lo límites del pensamiento y del lenguaje, copiándose uno al otro en un bucle que redimensiona la experiencia vivida.

El proyecto de implantación de Mediación Educativa en el IES Zorrilla nace de un ramillete de motivaciones personales e individuales de un grupo de profesores que deciden compartir en grupo sus necesidades y que da lugar a una serie de necesidades de formación ligadas a la resolución de conflictos.

El proyecto se ha realizado durante tres cursos académicos. Durante el primer año se formó un seminario orientado al estudio de la teoría de los conflictos. Como resultas de la investigación llevada a cabo se planteó el intentar al curso siguiente un pequeño programa de Mediación Educativa.

A segundo curso y contando con el apoyo del CFIE se desarrolló un Taller de Mediación experimental. ¿Qué modelo se empleó para diseñar el Taller? En principio se siguieron las directrices de Borrego y de su Formador de Formadores, muy sistematizado, que nos proporcionaba un espacio nítido para manejar nuestros propios errores en el proceso de aplicación.

El Taller se montó sobre un diseño de intervención educativa presidido por el ámbito de la Educación Social. Su expresión en un proyecto presentado y aprobado por el CFIE de Valladolid que contenía dos líneas de actuación simultáneas:

a) desarrollar un Programa de Formación de Mediadores.

b) desarrollar y aplicar en las tutorías un programa de desarrollo sociopersonal.

Para este segundo eje de intervención elegimos un conjunto de actividades bien fundamentadas por el catedrático de la Universidad de Salamanca Félix López; Prevención de la violencia y promoción del desarrollo personal y social. Las actividades del programa se aplicaron a un grupo de tercero diversificación.

Para desarrollar la Formación de Mediadores y su valor pedagógico: ejercicio del diálogo y fomento de la cultura por la paz, se creó un grupo mixto entre profesorado, padres y madres. Desde la educación Social y aplicando el principio “aquí y ahora” se formó en horario de tarde al grupo de adultos en procesos de Mediación.

Unas semanas después fueron los adultos, que junto a expertos externos al Centro quienes formaron a un grupo de 27 alumnos como mediadores en el centro.

La coordinación del taller estuvo bajo mi perspectiva de trabajo en equipo. La experiencia fue rica, estimulante y centrada en el crecimiento personal tanto para el alumnado como para el profesorado, padres y madres.

Durante este mismo curso y ya en el segundo trimestre pudimos poner en práctica nuestros conocimientos al resolver de modo satisfactorio un caso de agresión entre iguales, véase el acuerdo final realizado íntegramente por las partes.

La verdad es que los muchachos hicieron una maravilla del proceso de mediación. Pude comprobar cómo la vía intuitiva es muy poderosa y la proximidad de mundos intersubjetivos entre los mediadores y las partes en conflicto, apoyados por la práctica de la escucha activa y de la empatía dieron como resultado un discurso compartido con acuerdo final.

Después de la buena acogida que tuvo en el centro el programa de mediación y el éxito alcanzado en la resolución de conflictos interpersonales entre iguales decidimos para este curso poner en marcha nuevamente el programa de mediación y gracias a la labor de la orientadora difundir y llevar a las tutorías el programa de “Prevención de la violencia y desarrollo del bienestar personal y social”.

Seguimos el mismo esquema que el curso anterior (2003/04). Desde la educación Social se diseñó y desarrolló la formación para el profesorado, padres y madres. Una vez compuesto el equipo de adultos, éstos mismos formaron a un grupo de 42 alumnos de entre 13 y 17 años. Para ello contamos con la intervención de dos expertos:

  • Doctora en meditación, homeopatía y yoga que trabajó una sesión entera con los muchachos y donde los alumnos quedaron fascinados por aprender a manejar sus sensaciones y sentidos.
  • Contamos con la presencia de Silvina Funes que desarrolló una sesión de habilidades de comunicación con los alumnos.

Existe una evaluación con método pretest y postest a nivel de trabajo de campo que arroja un resultado satisfactorio por parte de los chicos; reseñando que lo que más les gustó fue la sesión de yoga y relajación.

Conviene remarcar que en la formación sobre resolución de conflictos y habilidades de comunicación hemos introducido algunos elementos desde la perspectiva Gestalt como son: el aquí y ahora, darse cuenta, comunicación eficaz y bloqueos (proyección, introyección .l..) basados en soportes prácticos diseñados por Stevens y Perls.

Finalmente este curso añadimos al taller la entrega a los alumnos de un título de Mediación,un carné, y la explicación, comprensión y aceptación del código deontológico que puso el colofón final y la orla última.

Estos elementos sociales ayudan a que los alumnos reconozcan su “hacer” y añaden validación grupal a la Formación recibida. Al margen de servir como medio de difusión entre la cultura de los propios iguales al darse a ellos mismos a conocer como “ pacificadores” en su propio Centro.

Hasta este curso hemos dependido de la aprobación del proyecto de Innovación del CFIE II de Valladolid y de la JCyL, recibiendo una cuantía económica que iba dirigida directamente a la formación del alumnado mediador.

Este curso hemos cerrado ciclo y pretendemos crear, implantar, conservar y dinamizar un servicio de mediación, que forma parte integral de la cultura del Centro, de su organización, y se consolide como medida de mejora de la convivencia en el Centro. A tal fin hemos creado el Servicio Educativo de Mediación IES Zorrilla; SEMIZ, dotándole de un icono, nombre y contenidos documentales.

Se configura como un Servicio de ayuda con dos componendas:

  • De autoayuda. A través del aprendizaje de habilidades de autoconocimiento presentadas en los formatos del Taller de Mediación.
  • De ayuda Social: de tipo voluntario y prosocial. Orientado al aprendizaje de una cultura de la solidaridad.

En el medio social de los centros de Educación Secundaria.

El Servicio de mediación dinamizará dos vertientes:

  • Introduciendo la mediación entre iguales a través de las tutorías.
  • Como plataforma pedagógica orientada a generar procesos de relación de ayuda (Costa, M. 2004) y procesos de cultura por la paz.

El Servicio posee una estructura funcional compuesta por cinco grandes áreas de actuación.

Cada área está diseñada con sus propios objetivos y una correlación en cascada de actividades marco que han de responder a las necesidades psicoeducativas del programa de Mediación (formación a través de talleres), y psicosociales (que dinamicen el medio social y la organización educativa) impulsando procesos de diálogo para la resolución de conflictos interpersonales.

La literatura científica al respecto es muy amplia y dota de fundamento pedagógico a acciones educativas que se destinan a que el alumnado y el profesorado aprendan habilidades de comunicación efectiva o técnicas de auto control emocional, que junto a la pedagogía de la autonomía basada en el ejercicio de la responsabilidad,, de la ayuda prosocial, de facilita actitudes altruistas, de promover el voluntariado, crea un marco abierto para el ejercicio de la libertad. Nadie es obligado a nada. Cualquiera puede comprometerse consigo mismo (como mediador o entre las partes en conflicto) y con los demás (ofreciendo ayuda desinteresadamente) todo ello formateando una cultura en el centro cuyo valor principal es la confianza y la ayuda mutua.

Recordemos como dice Sanmartin, 2004, “la violencia empieza allí donde acaba el discurso”, discurso entendido como logos, palabra y razón hilvanadas en la narración intersubjetiva del diálogo.

Una vez que se haya aceptado el SEMIZ en el centro, hecho propio por toda la comunidad educativa servirá para implementar acciones formativas como elaborar proyectos de Alumno Ayudante (Villaoslada, F. 1999), grupos de autoayuda entre profesorado (Parrilla, A. 1998) o creación de Talleres de Pentacidad (Serrano, M 2003), con la idea de fomentar conductas de autorregulación fuera del aula y más allá de la estrechez de los pupitres, allá donde lo proxémico es un sistema relacional dinámico, donde el clima emocional se configura de pequeños códigos y gestos acotados por ese paréntesis de invisibilidad y silencio compartido que es el tramo entre clase y clase, a la entrada o salida del centro o en el recreo donde el pasillo es el dueño y señor de la interacción grupal.

Resultas de esta experiencia es la necesidad de Educadores Sociales en los IES que en cooperación con el profesorado coordine las áreas curriculares que una vez se llamaron “transversales” y cuyo contenido procedimental se traduce en un aprendizaje permanente para toda la comunidad y una dinámica de animación sociocultural tejida con el mismo espacio educativo.

Pedagogía de la responsabilidad y educación para la paz presiden nuesta experiencia enmarcada en la creación de un sistema de ayuda interpersonal.

La idea de Mediación tiene para nosotros un contenido de largo alcance. Pues como ocurre en la sociedad del conocimiento y de la información construimos el medio y lo manejamos como un espacio para el aprendizaje. En este caso como mediadores actuamos entre el medio social del contexto de secundaria y el espacio cultural creado por el comportamiento de los adolescentes y de la organización docente. Hay algo de resiliente en esta actitud de educar por la paz como bien describe Cyrulnik, 2002, la sensación de ser una herramienta impide el apego, mientras que el hecho de compartir un relato une a quienes lo escuchan.

Las estrategias de aprendizaje están al servicio de los procesos de adquisición de habilidades y conocimientos que para nosotros se sitúan en la expresión de los valores cívicos desde la Educación Social como praxis de la democracia en nuestra pedagogía de lo cotidiano, del día a día, del integrar un relato común a toda la comunidad educativa.