La reforma laboral: un condicionante de la vida social y, por tanto, educativa

La “equilibrada” Reforma Laboral, esto es el inicio de la revuelta.

Existen elementos sociales que es necesario analizar y reconocer, que van a condicionar cualquier faceta de la vida ciudadana. Por un lado el mundo educativo no puede estar ajeno a ellos. Por otro ¿qué aprendizaje estamos dando a neustr alumnado con ellos?

Incluye este artículo dos aportaciones sobre la reforma laboral del mismo autor.


Tras un año de sucesivas reformas laborales por parte del gobierno del PSOE, que han demostrado su total fracaso no sólo para crear empleo sino para frenar el paro, el PP aprueba una nueva reforma laboral que facilita el despido.

Se reduce la indemnización por despido improcedente, injustificado, a 33 días por año con tope de 24 mensualidades, frente al anterior de 45 días durante 3 años y medio. Con ello, la indemnización máxima se reduce en un 42%.

Se crea el nuevo “contrato Rajoy”, único y novedoso en la legislación europea. Un contrato indefinido “de apoyo a los emprendedores” que permite el despido totalmente libre y 100% gratis durante el primer año para empresas de hasta 50 trabajadores (el 99,23%). Además sin límite de encadenar contratos de este tipo mientras se “cambie” de funciones. Tiene además el incentivo de una bonificación fiscal para la empresa de 3.000 euros y si se contrata a un parado podrá deducirse fiscalmente el 50% de lo que estuviera cobrando el parado durante un año. Tiene la ventaja de que hace innecesarios los contratos temporales y acaba con la temporalidad del empleo en las estadísticas.
Se modifican las condiciones que permiten el despido. A partir de ahora, será suficiente con declarar que se ha producido una disminución de los ingresos o ventas durante tres trimestres consecutivos o que se prevén pérdidas para poder despedir por causas objetivas de carácter económico con 20 días de indemnización y con el límite máximo de un año. En esta época de crisis qué empresa no tiene reducción de ventas.

Se prepara el desmantelamiento del sector público, con despidos objetivos y Expedientes de Regulación de Empleo (EREs) para el personal laboral de las Administraciones y empresas públicas si éstas aducen llevar 9 meses de insuficiencia presupuestaria.

Se suprime la autorización administrativa previa en los ERE, con lo cual las empresas tras un periodo de negociación extinguirán contratos con 20 días por año con tope de un año sin limitación de umbral numérico ninguno. Pero es que los EREs se facilitan hasta el punto de requerir tan sólo: “…cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa, en casos tales como la existencia de perdidas actuales o previstas, o la disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas. En todo caso, se entenderá que la disminución es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos”.

Se establece la primacía del convenio de empresa sobre los de ámbito superior. Lo que significa que el convenio de empresa puede regular condiciones inferiores al del sector en salario y jornada. Incluso se facilita a las empresas “en dificultades” la posibilidad de no aplicar el convenio de ámbito superior. Es más, el artículo 41 permite que el empresario pueda bajar unilateralmente el sueldo, la jornada, los horarios, los sistemas de rendimiento y sin previo acuerdo, por razón de competitividad.
Por fin la patronal ha conseguido que se limite la denominada ultraactividad de los convenios a dos años. Es decir, que si en dos años no se suscribiera un nuevo convenio colectivo perderá su vigencia y decaerán los acuerdos alcanzados durante la negociación colectiva en sueldos y otros derechos. Algo en lo que es especialista la FELE, como tantas veces han denunciado los sindicatos.

Se podrá despedir a un trabajador con 20 días por año por acumular individualmente periodos de Incapacidad Temporal por enfermedad común. Es decir, que si tuvieras dos bajas en dos meses que sumaran 9 días te podrán hacer un despido objetivo procedente sin necesidad alguna de que tu empresa haya tenido un perjuicio por tu ausencia ni haya tenido pérdidas. Sólo por el hecho de estar enfermo (con todas las justificaciones necesarias) pierdes tu empleo.
Los parados que estén cobrando la prestación por desempleo podrán ser requeridos para hacer labores de interés general en beneficio de la comunidad, a parte de formarse y buscar empleo. Todo ello responde a la lógica de que el trabajador es culpable de no tener empleo.

Se autoriza a las ETT a ser agencia privadas de colocación, relegando al sector público en una privatización más de lo público. Ello supondrá que empresas que tienen como finalidad el beneficio gestionen la colocación.

Elimina las bonificaciones mensuales de las cuotas empresariales a la Seguridad Social para los contratos indefinidos de las mujeres que regresan a su puesto de trabajo tras la maternidad o una excedencia por cuidado de hijos, durante “los 4 años siguientes a la reincorporación efectiva de la mujer al trabajo”. Lo cual supone un retroceso en la igualdad pues los empresarios volverán a justificar la no contratación de mujeres con la excusa de la maternidad.

Se abre la vía del contrato de aprendizaje y formativo con formación en la propia empresa y sin limitación hasta los 30-33 años si la actividad laboral es distinta con unas retribuciones de 481,05 €. Anteriormente este contrato contaba con una limitación de tres años, ahora se podrán hacer tantos contratos como actividades laborales distintas en las que se trabaje, por lo cual es una posibilidad real prestar servicios desde los 16 hasta los 33 años con un salario equivalente al 75% del Salario Mínimo Interprofesional. Se crean así las condiciones para condenar definitivamente a los jóvenes al desempleo y al infraempleo a través de estos “infrajobs”.

En definitiva, se puede afirmar con rotundidad que esta Reforma Laboral del PP sólo servirá para que los y las trabajadoras de este país pierdan más derechos y se destruya más empleo. De hecho, de las 52 reformas laborales que se han hecho al Estatuto de los Trabajadores desde el año 1980, ni una sola ha creado empleo.

Es un golpe de estado contra los derechos de los trabajadores. Es la reforma de los empresarios y el mayor recorte de derechos laborales de la historia de nuestro Estado. Nos tendríamos que preguntar que habrían hecho ellos si el golpe de estado hubiera sido a la inversa: que un gobierno hubiera decretado la nacionalización de todas las fortunas superiores a los 50 millones de euros mediante decreto ley. A ellos, al menos, les habrían dejado 50 millones, ¿a nosotros qué nos queda si nos arrebatan nuestros exiguos derechos laborales?

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Esto es el inicio del inicio de la revuelta

El Secretario general de CC.OO. de León, Ignacio Fernández, finalizó su discurso, tras la multitudinaria manifestación que se vivió en León contra la reforma laboral del PP, con una afirmación contundente: “estamos al inicio del inicio de la revuelta”, en clara alusión a las palabras de la vicepresidenta del gobierno cuando aseguraba que estamos al inicio del inicio de los recortes.

No es de extrañar las palabras cada vez más contundentes de las bases de los principales sindicatos de clase de este país, aunque sus cúpulas sigan entonando la cantinela del pacto y la negociación con una patronal insaciable y con un gobierno entregado de cuerpo y alma a los mercados, los grupos financieros y los banqueros. No podemos olvidar que el expresidente de Lehman Brothers España, De Guindos, es el ministro de Economía. Que el ministro de Defensa, Morenés, era consejero de la empresa de armamento que fabricaba bombas de racimo. Que Argüelles, secretario de Estado de Defensa, estaba en la presidencia de Boeing. Que Pérez Renovales, subsecretario de la Presidencia, viene de ser vicesecretario del consejo del Banco de Santander. Ferré Navarrete, secretario de Estado de Hacienda, de PricewaterhouseCoopers. Fernández de Mesa, secretario general del Tesoro, también de Lehman Brothers; Rodríguez-Ponga, directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, viene de la dirección de la Mutua Madrileña. Y así un largo etcétera.
No es de extrañar que el líder de CC.OO. asegurara que esta reforma laboral es «una nueva cadena del nuevo esclavismo», y que ha sido diseñada a la medida de los bancos, «herederos directos de los tratantes de esclavos, que se han pasado de frenada y generado una deuda que ahora quieren cargar sobre nuestras espaldas». Porque si analizamos con detenimiento el decretazo que ha impuesto, a sangre y fuego, el equipo de Rajoy nos daremos cuenta de que, efectivamente, es «una novela de terror, que en cada capítulo descubre un monstruo».

Te podrán despedir con indemnización de 20 d/año sólo por tener dos bajas que sumen al menos 9 días en los últimos dos meses, si ninguna de ellas supera los 21 días. Si tienes plaza por oposición de personal laboral fijo de cualquier Administración Pública podrás ser despedido con indemnización de 20 d/año y tope de 12 mensualidades por insuficiencia presupuestaria sobrevenida en 3 trimestres consecutivos. A un jefe de contabilidad le podrán poner de administrativo y si no le reducen el salario no hay derecho a demanda de impugnación ni a extinción voluntaria del contrato con indemnización. Sin necesidad de que haya pérdidas, si existen razones probadas relacionadas con la competitividad, productividad u organización técnica o del trabajo: a un cocinero le podrán poner de camarero con salario de camarero; al que cobre por encima de convenio le podrán bajar hasta el salario de convenio; a quien trabaje menos de 40h semanales le podrán subir hasta 40; a cualquiera le podrán cambiar de horario o de turno. Esto se lo podrán hacer a cualquiera, incluyendo quienes tengan un contrato indefinido con 20 años de antigüedad. Sólo se podrá aceptar o bien impugnar en los juzgados o rescindir el contrato con una indemnización de 20d/año y tope de 9 mensualidades.
Una empresa puede hacer un “contrato Rajoy” a cualquier trabajador y tendrá despido 100% gratis y 100% libre durante el primer año. Cuando falte un día para cumplir el año, le podrán comunicar que no ha pasado el período de prueba y le harán otro “contrato Rajoy” al día siguiente. Así que ¿para qué hacerle un contrato indefinido normal con indemnización?, se preguntan ya algunos “emprendedores” avispados: le hacemos 18 contratos Rajoy.

Si el convenio de empresa ya está caducado, y no se renueva antes de febrero de 2014, desaparecerá y se podrá bajar al salario mínimo de 650 € mensuales a todo el personal de la empresa. Las empresas ya se pueden autorizar EREs a sí mismas, porque ya no necesitan que se lo apruebe la autoridad laboral. Si la empresa tiene menos de 25 trabajadores, el FOGASA le pagará 8 de los 20d/año de indemnización en despidos objetivos procedentes, por lo que el coste real del despido objetivo será de 12d/año en la inmensa mayoría de empresas. Por supuesto, casi ningún trabajador demandará contra su despido porque ahora tienen menos que ganar al haberse suprimido los salarios de tramitación. Y así, un suma y sigue, que parece una pesadilla inacabable.

Está claro que del “sueño de la razón” nacen monstruos. Y en cada esquina de este decretazo nos asalta un nuevo monstruo, a cuál más aterrador. Por eso no es de extrañar la masiva afluencia en las manifestaciones contra esta Reforma Laboral denunciando que ha sido la mayor mutilación de derechos laborales, individuales y colectivos de nuestra historia. Porque esta reforma laboral, la número 53, profundiza la senda de reformas iniciadas por el gobierno del PSOE en la involución de los derechos laborales, con la excusa de que para superar la crisis financiera era necesario desregular la normativa del mercado de trabajo, bajar los salarios y eliminar prácticamente del derecho de los trabajadores la estabilidad en el empleo.

Por eso hay que entender que esta reforma es más que una reforma, es un “giro copernicano” en la concepción de los derechos laborales, como clamaba el Secretario General de CC.OO. en su alocución final. Una “revolución” que el Partido Popular ha aplicado a nuestro ordenamiento laboral, al dictado de las exigencias de la patronal y de los mercados, configurando un derecho social carente de derechos y una relaciones laborales a favor de una de las partes, los empresarios, multiplicando sus capacidades de decisión unilateral sobre las condiciones de trabajo. Detrás de esta reforma no hay economía, sino ideología. Una ideología de lo privado frente a lo público y compartido, que arremete contra los trabajadores y trabajadoras organizados en sindicatos para luchar y defender sus derechos, porque son el último bastión organizado contra este capitalismo caníbal.
Pero si la lucha organizada de la clase trabajadora en sindicatos fue capaz de luchar y resistir en la época de una dictadura militar, cómo no va a ser capaz de pelear y combatir en esta época de una dictadura económica. Como nos recordaba el Secretario Provincial de CC.OO. con la cita de Jorge Semprún, al capitalismo no se le puede moralizar, porque su esencia es fundamentalmente inmoral, pues se asienta en el lucro del 1% y su máximo beneficio, a costa del 99%. Estamos en el inicio del inicio de la revuelta contra el capitalismo, Sra. Vicepresidenta. Recuérdeselo a esos “hijos de Thachter”: ¡¡que reformen sus enormes beneficios, no nuestros escasos derechos!!