Currículo: propuestas de Concejo Educativo para la educación básica (Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria)

Documento base de Concejo Educativo de CyL

¿De qué manera seleccionar y potenciar los aprendizajes en el conjunto de la educación básica? ¿Largos listados de contenidos conceptuales o núcleos fundamentales de aprendizaje?


Principios

El currículo deberá ser
POTENCIADOR DEL DESARROLLO DE CAPACIDADES Y FUNCIONALIDAD DE LOS APRENDIZAJES. El currículo tiene que fomentar, más allá de la transmisión de conocimientos, la capacitación de todo el alumnado en aquellas competencias, aprendizajes, habilidades y herramientas que le habiliten para entender el mundo, entenderse a sí mismo, comprender a los demás y actuar en los distintos ámbitos con criterio propio, autonomía y “espíritu colaborativo”.
COMÚN, ABIERTO Y FLEXIBLE. El ‘currículo oficial’ es una referencia que debe facilitar la educación básica y común para toda la población, a diferencia del `currículo en acción’, que siempre deberá ser contextualizado y concretado de diferentes formas, aunque siempre en función de los objetivos potenciadores del alumnado. 1 INTEGRAL. El currículo deberá contemplar el desarrollo de la persona tanto en lo cognitivo (que no es sólo conceptual) como en lo emocional y en lo social.
COHERENTE. Los distintos elementos que conforman el currículo (contenidos, criterios de evaluación,…) han de ser coherentes con la finalidades educativas fundamentales, y no contemplar éstas sólo en las declaraciones generales. El currículo deberá buscar
FORMA DE CUBRIR LOS ÁMBITOS DE VIDA. El currículo de la educación básica ha de buscar la preparación en todos los ámbitos de vida de las personas, de forma equilibrada: identidad y desarrollo personal, vida cotidiana, relación personal, identidad y participación social, laboral-académica.
GLOBALIDAD. TRANSVERSALIDAD. Los núcleos fundamentales de aprendizaje han de ser transversales a las diferentes áreas y formar parte del desarrollo explícito de las diferentes etapas y áreas.
UNIVERSALIDAD, IGUALDAD Y DIVERSIDAD. INTERCULTURALIDAD. Toda persona ha se sentirse incluida culturalmente en condiciones de igualdad en la propuesta curricular, con capacidad para establecer un diálogo crítico con las otras personas y grupos.
POTENCIACIÓN Y ENRIQUECIMIENTO DE LA PERSONA. El currículo deberá favorecer aquellos elementos que desarrollan más los aprendizajes funcionales y vitales y permiten perseguir la igualdad educativa trabajando con la diversidad. En todo caso, ha de favorecer que se enriquezca más el aprendizaje cuanto más necesario sea éste, y no al contrario.
EDUCACIÓN BÁSICA EN TODAS LAS ETAPAS. El currículo habrá de tener una concepción global del conjunto de la educación básica, sin supeditarlo todo a las etapas posteriores. 2 ACTUALIZACIÓN CIENTÍFICA. El currículo debe reflejar los avances de la ciencia: enfoque transdisciplinar, investigación colaborativa, complejidad, etc.
ORIENTACIÓN CRÍTICA. El currículo ha de contrastar diferentes visiones y ofrecer una imagen del mundo con sus conflictos y su constante cambio, explicitando la acción humana personal y colectiva como agentes de cambio. Ha de favorecerse el aprendizaje práctico de la acción social y evitarse la asunción acrítica de los valores del modelo social imperante.
AUTONOMÍA, APRENDIZAJE A LO LARGO DE TODA LA VIDA, APRENDIZAJE COLABORATIVO. Debe facilitarse el aprendizaje autónomo a lo largo de toda la vida como un proceso personal en interacción con las otras personas, para lo que han de facilitarse las herramientas intelectuales y materiales necesarias.
Ser COMPARTIDO con otras organizaciones y agentes sociales: la intervención de movimientos sociales en la selección y/o adaptación de los contenidos -tanto en su visión de los conflictos sociales y naturales como en la forma de organizarse y actuar ante ellos- es necesaria para la transformación social, la participación y la solidaridad.
METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS. Ha de apostarse por metodologías y pautas que favorezcan la práctica didáctica integradora, participativa, potenciadora, compensadora, respetuosa con la diferencia, y poder, así, cumplir con los objetivos del “currículo en la práctica”.

Riesgos a evitar

Reducción de los objetivos generales de aprendizaje a la “declaración de intenciones”, pudiendo ser incluso contradichos o dificultados por los elementos más concretos e imperativos (contenidos, evaluación…).
Considerar al alumnado como receptor pasivo en la transmisión del conocimiento.
Empobrecimiento del aprendizaje: memorismo, aprendizajes mecánicos, reducción de contenido… (y especialmente en los ambientes o alumnado con más necesidades de potenciación educativa).
Reduccionismo de las finalidades educativas a las instructivo-cognitivas, abandonando los aspectos emocionales y sociales y los componentes creativos del pensamiento.
Parcelación de los aprendizajes en asignaturas y, aún dentro de ellas, en pequeñas unidades independientes.
Academicismo: lógica disciplinar como único referente, orientación exclusiva al estudio reglado, desconexión con los intereses y experiencias vitales…
Exclusión personal y social: lejanía respecto a la cultura transmitida por el currículo de una parte de la población, falta de respuesta del sistema escolar a los intereses personales, criterios de evaluación y promoción individualistas y academicistas…
Supeditación de cada etapa a la siguiente.
Conjunto demasiado amplio de contenidos y objetivos, y sin la debida jerarquización, desatendiendo en la práctica los aprendizajes básicos del conjunto de áreas y de cada una de ellas.
Desconexión de los aprendizajes a la vida real: Alejamiento de los contenidos a las necesidades vitales de la persona: conocimientos abstractos sin mas utilidad que su aplicación en la instrucción siguiente o para estudios posteriores. Escasa aplicabilidad a la vida real.
Imposición de la visión única dominante (ideológica, cultural, de género).
Teoricismo, relegación y desvalorización de lo práctico y/o manual y de lo afectivo.
Asimilación de lo “básico” por simplificación o reduccionismo, a los “mínimos” empobrecidos.
Preponderancia en el currículum oficial, de referencia, a la continuación del estudio académico principalmente, dejando en función del centro otras facetas de un currículum básico.

Propuestas

COHERENCIA. El currículo oficial de referencia debe relacionar los objetivos, los contenidos y los criterios de evaluación con los fines últimos de la educación obligatoria desde el punto de vista de la ciudadanía y lo vital-personal. Debe articularse en torno a todos lo ámbitos vitales.
NÚCLEOS FUNDAMENTALES. ÁMBITOS. Han de marcarse núcleos fundamentales a desarrollar por todas las áreas conjunta y coordinadamente y que esto se refleje en el currículo de cada área, incluyendo los criterios de evaluación (que no tienen que ser siempre por áreas).1 En todo caso deberá establecerse como mínimo procedimiento que favorezcan o no dificulten que no lo “impida” o dificulte). En las etapas básicas el currículo ha de definirse, en todo caso, más por ámbitos que por áreas (y aún menos por asignaturas). El proceso de elaboración del currículo, por tanto, no ha de hacerse sólo ni fundamentalmente por disciplinas.
NIVELES DE CONCRECIÓN. El currículo oficial debe considerarse como currículo de referencia, y no tener tal grado de concreción que aspire a convertirse en el “currículo realmente impartido”. Debe permitir la contextualización, manteniendo el marco de referencia y los principios clave (igualdad, etc.).
CONTENIDO APLICADO. El contenido que figure en el currículo oficial ha de concretarse en la práctica como “contenido aplicado”. Frente a una organización del contenido preponderantemente conceptual o a la división en conceptos, procedimientos y actitudes, proponemos una selección del contenido que:

  • permita el contraste de visiones y la posibilidad de conectar con la experiencia vital del alumnado.
  • incluya en su desarrollo lo conceptual y la forma de aplicarlo, habilidades, actitudes, sentimientos, etc.
  • incluya qué herramientas, destrezas, formatos y textos han de saber manejar y qué tipo de actividades habrá que plantear para poder acceder a su aprendizaje.
  • posibilite el trabajo con distintos lenguajes, textos y formatos para que todas las personas puedan llegar a la comprensión del mismo desde distintas experiencias.
  • se desarrolle en base a problemas a resolver, retos,tareas,.. no en torno a temas exclusivamente
  • está conectado con el entorno, con los agentes sociales, de forma que posibilite la intervención en la realidad social.

APERTURA CULTURAL E IGUALDAD SOCIAL. El currículo ha de recoger los saberes prácticos y diversos de la sociedad, incluidos los de los grupos más excluidos de la cultura académica tradicional. Ha de estar abierto a la incorporación de los de que provienen de diferentes culturas, dentro de una concepción crítica y no limitadora.
EDUCACIÓN BÁSICA Y ETAPAS. En cada etapa deben tener entidad objetivos y contenidos específicos para concretar los fines generales de la educación básica, que ha de ser el referente común de todas las etapas infantil, primaria y secundaria obligatoria.
ESPECIALIZACIÓN, NÚMERO DE ÁREAS. El número de áreas, cuando éstas existan, no ha de ser nunca excesiva, sino que debe estar en función de los objetivos educativos generales y de la edad del alumnado. En todas las etapas obligatorias, aunque quepan diferentes grados, ha de evitarse la especialización en asignaturas, siendo los ámbitos el eje fundamental.

  • INFANTIL Y PRIMARIA: La presencia de profesorado especialista ha de ser progresiva y muy limitada
  • ESO: En los primeros cursos el número de asignaturas impartidas no ha de ser alto, para favorecer la transición adecuada desde le E. Primaria. En el resto de cursos ha de ser menor que el número de asignaturas existentes en la actualidad.
  1. Entendemos por currículo básico: el conjunto de capacidades y saberes teóricos, prácticos y vitales que toda persona debe ir consiguiendo a medida que convive, interviene crítica y solidariamente en el entorno, en condiciones de igualdad, y a lo largo del tiempo de su educación obligatoria.
  2. Cada momento educativo debe tener fin en sí mismo en cuanto a su sentido vital, aunque se integre en un desarrollo más amplio a largo plazo (por ejemplo, la autonomía o la capacidad de actuación han de desarrollarse en todo momento, no esperar a que la tengan al final del proceso educativo). Por otro lado, practicar la autonomía desarrolla esa capacidad a largo plazo).